EL gran problema para Castillo es que quienes lo están acusando fueron funcionarios de su gobierno. Castillo está siendo embarrado por quienes estuvieron en su cercanía y ahora aspiran a la benevolencia. ¿Hubieran procedido a prestarse a delaciones muchas veces confusas si la fiscalía no los hubiese apresado cómo medida de coercion? Seguramente que no, pero no es dable suponer que una persona inocente pueda prestarse a contar lo que no es cierto para obtener concesiones que no necesita.
La Fiscal de la Naciòn es una persona que va de la ferocidad al ridículo con paso de polka y el abuso de la prisión preventiva ha desfigurado la justicia en el Perú, de eso no hay duda.Pero eso no cambia la situación comprometida del presidente en los hechos que son materia de investigación.
La democracia está en peligro permanente cuando los partidos políticos doctrinarios se extinguen y son reemplazados por vientres de alquiler dedicados a albergar oportunistas de toda ralea.
También está bajo amenaza cuando organizaciones de probado pasado criminal, cómo el fujimorismo, merecen el apoyo de un sector significativo de la población.La democracia se tambalea cuando el debate deviene en intercambios de insultos y la palabra consenso se deporta del léxico político. A la derecha es cierto, es cierto, jamás le interesó la democracia y le importaría un rábano el perfil ético de Castillo si este fuese un presidente conservador y anuente.
Pero la democracia también está en emergencia cuando el presidente de la república no honra el cargo y cree que el quinquenio de mando que le dieron los votos es un lustro de impunidad y blindaje.
Castillo tiene grandes enemigos que lo condenaron desde el primer momento.Eso está claro. Pero también me parece indispensable decir que el enemigo más grande que ha tenido Castillo en estos meses ha sido él mismo.Este complejo panorama es el que su organización deberá examinar.