Los fujimoristas y los castillistas se parecen tanto, en el culto a la persona

POR JOSÉ RAMOS:

«Hay que defenderse del culto a los hombres, por muy grandes que parecen ser», Bretón

Con los que defienden a Castillo pasa lo mismo que con los que defienden a Fujimori, su estructura mental, en ese aspecto, es idéntica, ambos se ciegan ante las evidencias.

A un Fujimorista, verbigracia, no le entra en su cabeza que Fujimori es un ladrón y asesino, es imposible que acepte que fue condenado por asesino y por ladrón, a pesar de las infinitas pruebas y los vladivideos, a pesar de que Fujmori ha aceptado cargos por corrupción y haberle dado 15 millones de dólares de CTS a Montesinos, el Fujimorista es impermeable, simplemente está convencido de que el malo, el asesino y el delincuente fue Montesinos, el bueno, el noble el inocente fue Fujimori, no sabía lo que hacía su hermanos siames, fue una víctima de los malditos caviares, de los comunistas y terroristas.

Con los Castillistas pasa lo mismo, no aceptan que Castillo es un vulgar ladrón, a pesar de las evidencias, de su cuñada, de Bruno Pacheco, de los sobrinos prófugos, del gabinete en la sombra, de Alejandro Sánchez, de la compra del Biodiésel, de haberse rodeado de una gavilla de facinerosos, de ministros delincuentes como Juan Silva, a pesar de las declaraciones de Fermín Silva de Sanatiel Marruf , de los colaboradores eficaces, a pesar de todo, para el Castillista, todos son los malos, menos Castillo, él es un pobrecito, docente, agricultor, andino, víctima del racismo de una conjura por parte de las clases dominantes, el no sabía absolutamente nada.

Cuando señalo que ambos (Fujimorista y Castillista) tienen la misma estructura mental, me refiero solamente en relacion a la forma como, su fanatismo le impide percibir lo evidente, lo real, lo objetivo y como se autoengañan, inconscientemente, para poder defender, a muerte, a quienes ellos han idealizado, al extremo de no poder concebir que su líder sea un vulgar delincuente. Tampoco significa que sean malas personas, sino simplemente, están bajo el influjo, pernicioso, del culto a la persona.

Soy consciente de que ningún Fujimorista estará de acuerdo con lo que he señalado, de la misma forma que ningún Castillista, jamás va a aceptar que se parece a un Fujimorista, pero como decía Aristóteles, las cosas se diferencian en lo que se parecen, de igual manera las personas, muchas veces, se separan por lo mismo que aman o terminan pareciéndose en lo que los separa.

Y es que cuesta aceptar que podamos parecernos tanto a un enemigo, sin embargo, cómo casi siempre sucede en la vida, uno termina pareciéndose a él, por eso es que Oscar Wilde, en sus clásico y maravillosos epigramas decía: «los amigos casi nunca son leales, los enemigos si que lo son»

Después de este fallido golpe de Estado, evidencio, con mucha pena, que el comportamiento de ambos se parece tanto : en sectarismo, en maniqueísmo, en intolerancia, en agresividad, en ser antidemocráticos e importarles muy poco la institucionalidad.

Por ejemplo si crítico a Fujimori, me ponen el epíteto de Caviar, y si denosto de Castillo me dicen agarra tu taper o que me parezco a un borrego Fujimorista, cómo lo hizo una dama muy apreciada e inteligente.

Mientras no aprendamos la lección, superemos el culto a la personalidad y no haya ciudadanía, seguiremos siendo una pais que se conduce, guiado por un ciego, al más profundo .abismo.

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