El valor de la heroicidad

Por Dante Pacheco:

El 7 de junio de 1880 se escribe una de las páginas más gloriosas de nuestra historia, historia que se escribió con sangre pero que nos revela el valor de hombres que conociendo que se enfrentaban a lo inexorable de la muerte, estuvieron dispuestos al sacrifico en defensa de su Patria y de su bandera. La derrota ante un ejército avasallador se convirtió en una victoria gracias a Francisco Bolognesi y sus mil quinientos soldados, casi desprovistos de armas, hambrientos y abandonados a su suerte, solos luchando contra un imposible dispuestos en todo momento a no claudicar.

El morro de Arica se erigió, -cuando era parte de nuestro territorio-, como el monumento a la heroicidad de soldados desconocidos que estuvieron dispuestos a morir por algo que ellos valoraban pero que a los políticos de la ´época poco o nada les interesaba. La guerra del Pacifico en general sirvió para conocer a hombres de hierro, patriotas a toda prueba, pero también a aquellos políticos que en la comodidad de sus cargos aprovecharon el conflicto para beneficio personal, allí tenemos la actitud cobarde del entonces presidente Mariano Ignacio Prado al huir del país en plena guerra, viajó a Europa para nunca más volver dejando al Perú en medio de una gran crisis económica y a un ejército desarmado, solo con la promesa de que desde ultramar enviaría pertrechos de guerra que en la práctica nunca llegaron. Así podríamos nombrar a otros personajes, militares y políticos que con su actitud desangraron el país, mientras ellos disfrutaban de todas las comodidades, en la tierra o en el mar, los verdaderos patriotas se sacrificaban por el Perú.

La historia nuestra es vergonzosa en ciertos momentos de su vida en conflicto, plagada de dictaduras y cuando afloraba la democracia sus representantes aprovechaban cualquier circunstancia para servicios de ellos. Por eso, hoy cuando recordamos la gesta del morro de Arica, no tenemos palabras para reconocer a quienes se inmolaron defendiendo lo nuestro. Con Bolognesi no solo cayeron Alfonso Ugarte, hubieron otros personajes de muy buena posición social, pero que por sus venas corría sangre patriota y junto con ellos los humildes soldados venidos de distintos puntos del Perú con el mismo afán y valor, no les importó su vida, solo vivían pensando en un Perú libre y soberano de toda opresión… a ellos va nuestro reconocimiento, a ellos dedicamos la frase poética de un Jorge Montalvo Cortez cuando escribió pensando en ello “SI LA TUMBA DE LOS HOMBRES ES EL SEPULCRO, LA TUMBA DE LOS HÉROES ES LA GLORIA”

Estas son razones mas que suficientes para amar nuestro símbolo patrio, la bandera. Honor y lealtad a quienes la defendieron con su sangre.

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