Consideramos que es un acierto que la reacción de los pobladores de la Esperanza Baja, que se sienten vulnerados en sus derechos al ver que el agua de filtración que tienen se irá a Pampa Libre, resulta ser fruto de la desesperación, toda vez que han tenido que esperar años para que se vea el proyecto de agua y desagüe. La misma situación ocurre con los pueblos de Huascoy y San Juan de Uchucuanico en Acos donde la disputa también es por el agua de un puquial pero que las autoridades respectivas esta a la espera de que se degeneren problemas sociales, plantones y marchas para recién atender el pedido de los comuneros, o sea que llegan a la desesperación porque simplemente no tienen respuesta de ninguna clase o la respuesta recién les llega cuando la exaltación alcanza extremos.
En el caso de nuestros hermanos de la Esperanza Baja, recién en las últimas horas aparecieron los funcionarios de la ANA para tratar de explicar la situación de la galería filtrante que por ser prodigiosa podrá dotar de agua a todos los pueblos comprometidos en el problema, incluyendo Pampa Libre, cosa que debió ocurrir mucho antes, o sea que no se debió aguardar a que se llegue a un acto de desesperación. Es decir que, tras el abandono del proyecto integral de saneamiento por más de cuatro años, las autoridades del Ministerio de Vivienda y los de la ANA tampoco se preocuparon por informar en su momento lo que correspondía, de modo que creemos que de haberse procedido como conviene, no habríamos llegado a esta situación donde creció el desconcierto, la incertidumbre, la incredulidad o la falta de confianza generalizada.
En el caso de las dos comunidades del Distrito de Acos, la ANA viene analizando un expediente donde aparentemente se le pide otorgar licencia del uso del puquial en disputa por los comuneros de Huascoy, expediente que se estaría viendo desde el año pasado, lo propio ocurre con un recurso presentado por los comuneros de San Juan pero que tampoco tienen respuesta y con el correr del tiempo se agudiza aún mas el enfrentamiento entre los dos pueblos hermanos que anteriormente utilizaron este mismo manantial comunitariamente y sin mayores problemas. La ANA no les responde y por ello los comuneros Sanjuaninos llegaron hasta la ANA para exigir respuestas, enfatizando que si no tienen respuesta asumirán otra medida de fuerza, amenazando luchar hasta las últimas consecuencias y que entretanto se están observando riñas y enfrentamientos físicos porque no se pueden poner de acuerdo con el uso mancomunado del puquial. Este asunto también podría haberse evitado si los funcionarios de la Autoridad Nacional del Agua hubiesen respondido a tiempo, por el contrario, ahora dan pie a que la desesperación se acreciente y como consecuencia aparezca el problema social. Ojalá que la reacción, aunque tardía permita resultados positivos, tanto en el conflicto social entre los pobladores de los cinco núcleos humanos de la Esperanza y Pampa Libre, así como los de los comuneros de Huascoy y San Juan de Uchucuanico… que jamás se llegue a la desesperación por una larga e innecesaria espera.