Por Dante Pacheco:
La delincuencia organizada que ha terminado por desbordar a la policía, obligó al Ejecutivo a tomar la drástica decisión de declarar en emergencia los distritos de San Juan de Lurigancho y San Martin de Porres en la provincia metropolitana de Lima, además de siete distritos en la provincia de Sullana, región Piura. Esta determinación provocó expectativa de parte de los vecinos que diariamente viven a salto de mata por temor a ser víctimas de robos, asaltos y extorsiones, no obstante, se levantan voces reclamando que la emergencia no solo sea en estos distritos, toda vez que el crimen organizado ha puesto contra la pared a todos los distritos capitalinos y a diferentes provincias del interior del país.
el otro problema es que por lo pronto la presencia reclamada de los soldados solo se apreció en ciertos sectores de San Juan de Lurigancho mas no en San Martin de Porres, mucho menos en Sullana y sus distritos. Creemos que, si se ha tomado esta drástica medida, debe incluir planes estratégicos y una acción también decidida, es decir que lo que no sea flor de un solo día ni que se actúe con tibieza, porque en todo caso estaríamos hablando de una declaratoria de emergencia solo para callar las voces de protesta y no para combatir en toda su dimensión las bandas criminales que azotan nuestro querido Perú.
El Ejecutivo debiera aplicar todo el rigor que la ley le permite en el marco de la emergencia, aplicar la suspensión de ciertos derechos ciudadanos parta enfrentar de verdad a las mafias delincuenciales y particularmente las bandas extorsivas, no debemos actuar con resquemor, por el contrario, el deber de los gobernantes es salir en defensa de los ciudadanos de a pie cueste lo que cueste, caso contrario perderemos esta lucha contra la delincuencia y la criminalidad en general.
La declaratoria de emergencia debe ser contundente mientras dure y que la ampliación al resto del país también sea una realidad, la sangre de muertos y heridos y el trauma en los millones de peruanos así lo reclaman.