POR DANTE PACHECO:
Como parte del debate político, los congresistas discuten la permanencia del ministro del Interior en su cargo, toda vez que a la fecha la delincuencia no frena y por el contrario las incursiones de la gente de mal vivir se incrementan y lo propio ocurre con los extorsionadores y así como la actuación de los sicarios que no deja de derramar sangre, tal y conforme ocurrió hace días en Huaral que en menos de una semana ocasionaron tres muertes.
Para los que desean que el ministro deje el cargo, el titular de esta cartera ya tocó techo y no da para más por cuanto las medidas adoptadas por el Gobierno, como el caso de las emergencias no han tenido ningún tipo de resultado puesto que en ninguno de los distritos incluidos en la declaratoria de emergencia se aprecia disminución de índice de criminalidad, pero además los problemas por falta de seguridad se han extendido a otras regiones del país.
Por otra parte, los defensores del Ministro manifiestan que las medidas son buenas y que además es muy pronto para que se noten los resultados de su labor, de modo tal que se le debe dar mayor tiempo. Otro de los argumentos es que no se le debe retirar del cargo porque eso generaría mayor desestabilidad política. Lo que debe quedar bien en claro es que el Ministro del Interior no puede hacer más de lo que le permite el premier Otárola -Presidente bajo la sombra- en razón de que la política del ejecutivo siempre ha sido pasiva frente a la inseguridad, política timorata que lo único que ha permitido es que las mafias de delincuentes se han empoderado hasta convertirla en casi incontrolable.
Todos sabemos que el número de policías es insuficiente, tampoco se cuenta con logística porque ni siquiera tenemos patrulleros ni suficientes armas, tampoco se permite la intervención del Ejército porque al parecer el número de soldados que tenemos es insuficiente. Estos argumentos no justifican el accionar del titular del pliego, por el contrario, su responsabilidad es haberse convertido en un monigote de Alberto Otárola. Sea por las razón que fuese, este Ministro ya tocó techo y necesariamente tiene que ser cambiado, pero si la política del Gobierno sigue siendo la misma, cualquier otro ministro fracasará en el intento de controlar la delincuencia cruel que se cierne sobre nuestro país.