La joven madre Geidy Lizbeth Peña Lázaro fue descuartizada por su expareja, el padre de sus dos hijas, en Mala (Cañete). Los pobladores no podían soportar esta escena.
El cuerpo cercenado de Geidy apareció en la playa Boca del Río, cercana a Totoritas.
Abel Antonio Chilipo Damián, quien no podía aceptar que Geidy ya tenía otra pareja y un hogar consolidado, llegó con ira a su domicilio y la ahorcó.
Para que su cuerpo se pierda por siempre en las aguas del sur, Abel optó por usar un machete, abandonando por completo su sentido de piedad y humanidad.
Abel, incluso, se atrevió a acompañar al padre de Geidy a la Depincri para simular que no tenía nada que ver con el crimen.
El cuerpo de Geidy decapitado volvió a tierras maleñas por el caprichoso mar. Abel, confeso asesino, podría pasar más de 28 años preso, un castigo que es ínfimo para los hijos de este padre que actuó a sangre fría.
ENFOQUE REAL 