Las actividades mineras en la provincia de Recuay han desencadenado recientes descargas de aguas contaminadas con óxidos ferrosos, poniendo en grave peligro la salud del Río Santa desde este fin de semana. Estos vertidos han provocado un cambio alarmante en el color del río, que ahora presenta un tono amarillento, evidenciando la severidad de la contaminación.
La presencia de óxidos ferrosos en el agua no solo afecta la calidad del caudal, sino que también compromete la biodiversidad acuática y la salud de las comunidades que dependen del río para su abastecimiento y actividades diarias. Las autoridades y organizaciones ambientales están en alerta ante la situación, buscando soluciones urgentes para mitigar el impacto y restaurar el equilibrio ecológico del río.
Esto fue confirmado por el Comité de Verificación, integrado por la Fiscalía Ambiental, la Policía Ecológica, la Dirección Regional de Minería y la Autoridad Local del Agua. Esta verificación ha logrado identificar las fuentes de contaminación y está trabajando para implementar medidas correctivas.