Balance y liquidación del humalismo

Por Enrique Valderrama

Los Humala (Ollanta y Nadine Heredia) aparecieron con polo rojo en 2006, financiados por el dinero negro del chavismo venezolano, perdiendo con claridad frente al aprismo y Alan García en segunda vuelta. Eran entonces una propuesta radical con casi la narrativa del Antauro de hoy. En los años siguientes y con el inicio del declive ya evidente del «socialismo del siglo XXI» dan un giro hacia la esfera de influencia del Lulismo brasileño -que financió su campaña a través de sus constructoras- y suman aliados que les permiten con su «hoja de ruta» ganarle al Fujimorismo en segunda vuelta.

Recibieron el país creciendo al casi 8% en promedio, reduciendo la pobreza a una gran velocidad y en plena ebullición de obras de infraestructura grande y popular por todo el Perú. El actual estado de situación del país, con la pobreza creciendo, sin obras, con conflictividad social, con inseguridad se gesta con ellos. Los Humala iniciaron el envenenamiento de la política con odio, cambiaron el enfoque de los programas sociales con su equivocada concepción de «incluir para crecer», creando un ministerio para tal fin, sobre valoraron obras como la refinería y la línea 2 del Metro, atentaron contra la institucionalidad de la policía, degradaron la institución de la Presidencia con las intromisiones sistemáticas de Nadine Heredia, elevaron la temperatura de los conflictos pues decían en campaña «agua si, oro no» y luego querían que Conga salga adelante. Agitaron y luego traicionaron sus propias ideas equivocadas por el lujo y el poder.

De su predica no queda nada. Candidatearon en 2021 sin pena ni gloria, no tienen Partido, ni prensa aliada, ni empresarios amigos, menos base social.

Hace unos días fueron condenados a 15 años de prisión por lavado de activos derivado de los aportes a sus campañas de 2006 y 2011. La corrupción del régimen fue bastante evidente y sobre los temas del Gasoducto, la línea 2 del metro, el hospital Lorena de Cusco, entre otras perlas merecen sin duda un castigo severo de la justicia. Sin embargo hay que decir que esta condena por ese tema es bastante débil desde el punto de vista jurídico. Pienso que es peligroso pues puede generar un nuevo episodio de persecución a la política por asuntos no tipificados.

El asilo de Nadine Heredia en Brasil es casi una confesión sobre sus andanzas con las mega constructoras brasileñas -auspiciadas y protegidas por el PT- y es simbólicamente la lápida sobre su proyecto político. Es evidente que Boluarte conocía de ésto y estaba conversado ya que el salvoconducto se dió a conocer con demasiada velocidad, antes incluso que sea pública la aceptación del asilo.

Lo que debería pasar es que la justicia haga su trabajo en los temas de corrupción de los que son claramente culpables y que en base a eso soliciten la extradición de Heredia. Pienso que la condena por lo de los aportes se puede caer y eso al final generará más mal que bien. Además que ésta aparente victoria sobre la corrupción en el Perú solo está sirviendo para que los fiscales mentirosos del equipo LavaJato hagan propaganda y traten de tapar su evidente incapacidad y corrupción. Ojo con ello.

Recuerden que hoy la otrora «pareja presidencial» no son nada, pero sus aliados siguen teniendo influencia en el sistema de justicia, muchos de ellos incluso renegando de los Humala. En la perspectiva de la historia serán vistos como tontos útiles corrompidos de un mal mayor que aún actúa.

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