La noche de este martes, la Fuerza Aérea del Perú informó que la Marina de Guerra ya ha encontrado gran parte de la aeronave tripulada por Ashley Vargas y que se accidentó el último 20 de mayo en Pisco. 

A través de un comunicado, la FAP señaló que los restos del avión están en el fondo marino. 

“Los esfuerzos puestos en las operaciones de búsqueda de nuestra piloto, la alférez FAP Ashley Vargas Mendoza, han permitido que hoy se encuentre gran parte del fuselaje de la aeronave KT-1P N° 446, sumergidos en la profundidad del área de búsqueda, sin encontrar aún rastro de nuestra compañera de armas”, detalla el comunicado.

La institución agregó que “el BAP Carrasco de la Marina de Guerra del Perú, que viene trabajando en las operaciones de búsqueda, logró avistar gran parte del fuselaje de la aeronave en el fondo marino”.

Agrega que se está trabajando con un cosondas, un robot submarino y vehículos submarinos autónomos con capacidad de hacer barridos batimétricos.

LA FAP adelantó que mañana un equipo de buzos especializados se unirá a las tareas de rescate en el fondo marino.

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El último lunes 2 de junio una llamada llegó a Perú21, en esta confirmaron que la aeronave que piloteaba Ashley Vargas, había sido encontrada en las profundidades del océano.

Según narró una fuente de la Fuerza Aérea del Perú a este diario, el avión estaría enredado junto a la vegetación del mar, por lo que al momento del hallazgo no era posible determinar si Ashley se encontraba dentro de la nave. 

«Por la oscuridad no se pueden meter los buzos. No se puede hacer ningún tipo de de inserción. Mañana temprano van a dar más información», indicó la fuente.

Ocho días después de que la avioneta de instrucción KT-1P, que pilotaba la alférez FAP Ashley Vargas Mendoza, perdiera contacto con los radares de la Fuerza Aérea del Perú en la Reserva Nacional de Paracas, la conmoción es total.

Ashle salió de la Escuela de Formación de Pilotos de la FAP Nº 51, en la Base Aérea, Pisco-Ica. Estaba emocionada, era su último vuelo de alumna piloto. Aproximadamente 13 minutos después de despegar de la pista perdió contacto con el radar y se lanzó un operativo de rescate aéreo y marítimo.

La nave había estado volando a una altura de 9.000 pies (3 mil metros), a una velocidad aproximada de 434 kilómetros por hora.

Los investigadores esperan encontrar a Ashley para determinar se estuvo «afectada» por aspirar monóxido de carbono.

Su familia, entre la angustia y la incertidumbre, exige a las autoridades una búsqueda exhaustiva y respuestas claras sobre su paradero.

“No vamos a quedarnos callados, vamos a luchar por encontrarla”, afirmó su padre. Los familiares acusan a la Fuerza Aérea del Perú (FAP) de haber actuado con indiferencia.

Indicaron que la FAP ha priorizado hablar del aeronave KT-1P por encima de la persona que lo pilotaba.

“La vida de Ashley vale más que cualquier aeronave”, dijeron.

Consideraron que la institución ha mostrado una “preocupante frialdad institucional” y exigieron una respuesta clara.

El abogado de la familia, José Ocampo, denunció que podría haberse producido una falla en el sistema de eyección de la avioneta. “Ese asiento debía haberla expulsado. No lo hizo. ¿Se hizo el mantenimiento adecuado?”, cuestionó.

Ocampo también señaló la ausencia de un localizador funcional en la nave, lo cual hubiera permitido conocer la ubicación exacta del accidente.

“Ni la FAP ni la Marina tienen esa información. Algo falló en el sistema”, indicó.

La FAP ha señalado que se ha encontrado partes de la aeronave cerca de la playa Mendieta.

Manifestaron que en una operación conjunta sin precedentes, el Ejército del Perú y la Fuerza Aérea del Perú, continúan con firmeza la búsqueda de la alférez FAP desaparecida en Pisco. Explicaron que drones de última generación sobrevuelan las zonas costeras de playa Salinas y Supay, mientras fuerzas especiales y unidades aeroterrestres recorren toda la zona.

“Las condiciones meteorológicas son favorables y nuestras aeronaves ya se encuentran desplegadas con un solo objetivo: encontrar a nuestra piloto. ¡Mantenemos firme nuestro compromiso y esperanza!”, indicaron esta tarde.

Todo indica que, pese a encontrarse en sus peores momentos de dolor, la familia de Ashley Vargas Mendoza, la alférez de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) desaparecida desde el martes 20 de mayo, fue víctima de un sujeto que se inventó una falsa historia de su ubicación y les pidió dinero por esa información.

El presunto estafador les aseguró que la muchacha estaba con vida y solicitó dinero para, supuestamente, transportarla a Pisco.

Panamericana Noticias informó que el individuo se comunicó con los familiares de la joven piloto para decir que la había rescatado y que necesitaba dinero para el combustible de su camioneta, con el fin de llevarla a un puerto.

Tan ansiosos de buenas noticias, la familia le transfirió 200 soles a través de una billetera digital.

IDENTIDAD

La transferencia a una billetera virtual puso al descubierto la presunta identidad del extorsionador.

Resultó que la cuenta a dónde llegó el dinero pertenece a Luis Guillermo Salas Reyna.

Los órganos especializados de la Policía Nacional del Perú (PNP) iniciaron una investigación para identificar plenamente al autor de la llamada y determinar si hay más personas involucradas en el intento de fraude.

MÁS LLAMADAS

José Ocampo, tío de la piloto, explicó que recibieron más de una llamada falsa sobre el paradero de Ashley.

La situación generó confusión y preocupación, especialmente porque ninguna de las embarcaciones mencionadas por los supuestos rescatistas pudo ser identificada por la Fuerza Aérea del Perú ni por la Marina de Guerra del Perú.

Ashley Vargas desapareció el 20 de mayo mientras pilotaba un avión KT-1P de la Fuerza Aérea del Perú.

Ella es una joven de 24 años, espada de honor de su promoción por sus excelentes calificaciones académicas y el liderazgo y respeto que alcanzó entres sus colegas.