En Venezuela, la tensión está al máximo. Este viernes 10 de enero, el tirano Nicolás Maduro asumirá oficialmente un nuevo mandato, rodeado de un ambiente de rechazo internacional.
Las calles de Caracas son escenario de masivas manifestaciones, donde miles de ciudadanos portan banderas, pancartas y globos, exigiendo libertad y el fin del régimen. En el extranjero, millones de sus compatriotas se suman al rechazo del dictador.
A pesar del miedo a posibles represalias, los venezolanos decidieron salir a las calles. La Plaza de la República se convirtió en el epicentro de las protestas contra Maduro.
“Queremos libertad, no más dictadura”, gritan los manifestantes, quienes desafían la vigilancia del régimen en un país profundamente polarizado entre chavistas y opositores.
El panorama no es nuevo. Tras las elecciones calificadas como fraudulentas, 25 personas murieron en protestas contra el régimen. Este antecedente no disuadió a quienes hoy alzan su voz, pero el temor es palpable, especialmente con la fuerte militarización en puntos clave como el Palacio de Miraflores.
Caracas militarizada
La capital está fuertemente resguardada por las fuerzas del orden, buscando evitar enfrentamientos entre grupos chavistas y opositores. Sin embargo, el comercio y el transporte funcionan con relativa normalidad, aunque los conductores no pierden la oportunidad de lanzar arengas en contra de Maduro mientras transitan.
Edmundo González lidera desde el extranjero
En paralelo, la oposición se organiza desde República Dominicana. Edmundo González, reconocido por algunos países como el presidente legítimo de Venezuela, se reunió con el mandatario dominicano, Luis Abinader en Santo Domingo, ciudad que ahora es el centro de operaciones de la resistencia al régimen.
ENFOQUE REAL 