Por Dante Pacheco:
Desde 1789, época de la revolución francesa, en el mundo se respiraban nuevos aires de libertad, especialmente en aquellos donde todavía se mantenía la supremacía de naciones que por años mantuvieron bajo dominio a reinos sometidos bajo colonias; en ese sentido la necesidad de librar de del yugo español era un clamor en esta parte de américa. El Perú o mejor dicho el virreinato del Perú fue dominado por los españoles desde poco antes del siglo XVI, habían pasado cuatro siglos de ignominia y de abuso, pero sobre todo la clases sociales se sustentaban en el mestizaje, la casta española se había reducido a una pequeña élite entorno al virrey, los demás eran mestizos, criollos y una disminuida presencia de originales, es decir que los más -entre mestizos y criollos- se sentían peruanos auténticos, representaban a generaciones que habían nacido en estas tierras que consideraban suya y que por lo tanto consideraban que los españoles eran intrusos y que había llegado la hora de la liberación.
En ese contexto es que se reanudan las luchas por la independencia, los patriotas e ultramar alentaban a sus connacionales en el Perú a luchar por conseguir la independencia siguiendo la corriente libertaria que también se movía en los corazones de patriotas chilenos y argentinos, de modo que a fines de 1819 patriotas como el chancayano Andrés Reyes Buitrón dejaban sus haciendas y se movían por gran parte del territorio arengando a la población a que apoyen la causa libertaria de tal forma que ese sentimiento caló profundamente en la gran mayoría de peruanos que estuvieron dispuestos a respaldar todo movimiento tendiente a lograr la ansiada libertad. La población huaralina, incluyendo los chancayanos y los pobladores que formaban parte de la cuenca del río Chancay estaban listos para enrolarse a las guerrillas para sustentar la causa con sus bienes, dinero, insumos, productos alimenticios, entre otros. En 1820 el sentir patriota aumentó con las noticias de que países vecinos iban logrando sus independencias y que ahora el ejército libertador se preparaba para venir desde Chile dispuestos a expulsar a los españoles de nuestro territorio, ese ejército de soldados de todas las razas y de todas las naciones estuvo comandado por el General Don José de San Martin. Huaral y Huaura estaban preparados para recibir a los patriotas, la zona era estratégica por la conexión con el mar y a la vez con los pueblos de la sierra centro del país donde también se libraban batallas victoriosas.
Huaral era punto estratégico por su ubicación cercana a Lima y a la vez cerca a Huaura donde se instalaría el Cuartel General de San Martin, por el sur se podía contener el ataque de los realistas y hacia el norte se podía enviar todo tipo de apoyo a las huestes patriotas que se instalarían en Huaura además de que se podía dominar todo acceso de la zona centro. Así estuvieron preparados y dispuestos todos los huaralinos a sumarse a las luchas por la independencia del Perú.



