Denuncian por traición a la patria al expresidente Rafael Correa por sus declaraciones sobre la toma de la embajada mexicana

La ministra de Trabajo de Ecuador, Ivonne Núñez, denunció este jueves a título personal por traición a la patria al expresidente Rafael Correa (2007-2017) por señalar que el asalto a la Embajada de México para detener a su exvicepresidente Jorge Glas podría constituir un motivo de declaración de guerra.

La denuncia, a la que ha tenido acceso EFE, solicita el inicio de investigaciones contra Correa por haber dicho en diversas entrevistas con las represalias que podría tomar un Gobierno que ve invadida una de sus embajadas, como ocurrió con la sede diplomática de México en Quito después de que le hubiese otorgado asilo a Glas.

Como acto urgente también reclama que se suspenda las cuentas de Correa en las redes sociales X y Facebook, donde él es muy activo.

El exmandatario ha solicitado en sus intervenciones públicas presión internacional contra el Gobierno del presidente Daniel Noboa al considerar que la detención de Glas, sobre quien pesaba una orden de captura para su reingreso en prisión, es «un secuestro» por haberse producido cuando ya tenía la condición de asilado.

Correa ha sostenido que lo ocurrido en la Embajada de México es un ‘casus belli’ (causa de guerra) e indicó que afortunadamente el Gobierno del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador no llegaría a ese extremo como podría haber sido si fuese Estados Unidos.

«Fácilmente México, la segunda economía latinoamericana, podría bloquear el puerto de Guayaquil, donde entra y sale el 80 % del comercio internacional (de Ecuador) y nos hace quebrar en dos meses», señaló Correa en la entrevista citada por la ministra en su denuncia.

Para Núñez, esto «crea una situación de pánico entre la población ecuatoriana, que independientemente de si esta es civil o militar, ahora se encuentra temerosa de una posible guerra y repercusiones en el ámbito económico, mediante sanciones internacionales».

«Las manifestaciones sobre una guerra, incitando y dando a entender sobre el cierre del puerto de Guayaquil, fomentado cualquier forma de que México reprima a Ecuador, y demás expresiones del denunciado, deben ser excluidas del amparo del derecho a la libertad de expresión y sancionarse como lo que son, delitos en contra del orden público», aseguró.

Y es que incluso la titular de la cartera de Trabajo apuntó a que la Convención Americana de Derechos Humanos contempla que la libertad de expresión tiene límites como «la protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas».

«Sinvergüenzas», responde Correa

Al enterarse de esta denuncia, Correa cargó contra el Gobierno: «¡En qué manos estamos! ¡Sinvergüenzas!», escribió en su perfil de la red social X, que reside en Bélgica con la condición de refugiado al declararse un perseguido político y víctima de ‘lawfare’ (utilización del aparato judicial contra adversarios políticos), al igual que Glas.

Sobre el pedido de que se les suspendan las redes sociales, el exgobernante señaló que «parece broma, pero es verdad» y «confirma el Estado de barbarie que vivimos desde hace siete años».

La irrupción policial a la fuerza en la Embajada de México llevó a que el Gobierno mexicano rompa relaciones con Ecuador y lo denuncie ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya por considerar vulnerado el derecho internacional y su soberanía.

Para el Gobierno de Noboa, Glas estaba impedido de recibir asilo por encontrarse imputado por presunto peculado (malversación) en el caso de la reconstrucción de Manabí, la provincia más afectada por el fuerte terremoto registrado en Ecuador en 2016.

También debía volver a prisión para terminar de cumplir una pena de ocho años de cárcel, fruto de dos condenas por cohecho en el caso Sobornos, donde también fue sentenciado Correa; y por asociación ilícita en el caso Odebrecht, de las que ya había purgado cerca de cinco años entre 2017 y 2022.

Glas, que fue vicepresidente de Correa y a inicios del mandato presidencial de Lenín Moreno (2017-2021), había salido de prisión gracias a una polémica resolución judicial que dio la libertad de manera cautelar a la espera de que recibiese el beneficio penitenciario de la ‘prelibertad’, lo que la Justicia no le otorgó. (EFE)

Rafael Correa pide a «Europa y al mundo» que presionen a Quito para que permita la salida de Jorge Glas

El que fuera presidente de Ecuador desde 2007 a 2017, Rafael Correa, instó este martes a la Unión Europea y al resto de la comunidad internacional a hacer «presiones políticas» para que el Gobierno ecuatoriano de Daniel Noboa conceda un salvoconducto al exvicepresidente Jorge Glas.

«Le hago el pedido a Europa y al mundo para que (hagan) las presiones políticas, judiciales, que sean necesarias, porque esto no va a parar con una simple llamada de atención, para que el Gobierno de Noboa dé el salvoconducto para Jorge Glas«, dijo Correa en una rueda de prensa en el Parlamento Europeo junto al eurodiputado de Izquierda Unida, Manu Pineda.

El expresidente ecuatoriano llamó la atención de que «hay una persona secuestrada, cuya vida está en peligro, a la cual se le han vulnerado todos los derechos humanos», incluido el asilo que le había concedido México, en cuya Embajada en Quito entraron el pasado viernes fuerzas policiales para arrestar a Jorge Glas, quien desde ayer está ingresado en un hospital militar por problemas de salud al parecer por no ingerir alimentos.

«Esto va más allá de izquierda o derecha. Esto atenta a los principios civilizatorios, principios como la inviolabilidad de la sede diplomática, principios como lo sagrado del asilo político», subrayó Correa, al expresar su deseo de que la mayoría de grupos políticos en la Eurocámara apoyen las iniciativas que Izquierda Unida va a iniciar para presionar a Quito.

Si le vamos a pasar esto, los principios civilizatorios, los mismos principios civilizatorios, estarán en peligro. Por el bien de la convivencia internacional, por la vigencia de los derechos humanos, por mi patria, Europa, mundo, paren esto»Rafael Correa

Pedirán debate en el Parlamento Europeo

En este sentido, Pineda avanzó que su grupo político pedirá un debate en el pleno del Parlamento Europeo sobre la situación en Ecuador y exigirá que la Unión Europea active el mecanismo de solución de controversias que prevé una cláusula del Acuerdo de Asociación de los Veintisiete con el país latinoamericano.

«Nosotros, como Unión Europea, tenemos obligaciones», dijo Pineda, al señalar que su grupo también va a pedir al Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE), que dirige el alto representante Josep Borrell, que envíe una «misión» a Ecuador para «visitar de urgencia» a Glas «porque estamos temiendo por su vida, estamos temiendo que lo suicide, por decirlo de algún modo».

«Ojalá la derecha, sobre todo la extrema derecha europea, no ideologice también esto y como es contra un movimiento de izquierda, un vicepresidente de izquierda, (piensen que) está bien que lo maten en vida. Hay cosas que van mucho más allá de la ideología, si tenemos algo de decencia política», señaló por su parte Correa.

«Tengan claro, ni siquiera estamos enfrentando el fascismo, estamos enfrentando la barbarie», alertó Correa, al poner el acento en que esta acción «brutal» del Gobierno de Noboa tiene motivos electoralistas porque el presidente pensó que le daría «popularidad» de cara al plebiscito del próximo día 21 impulsado por el Ejecutivo sobre temas de seguridad, inversiones y empleo.

«Si le vamos a pasar esto, los principios civilizatorios, los mismos principios civilizatorios, estarán en peligro. Por el bien de la convivencia internacional, por la vigencia de los derechos humanos, por mi patria, Europa, mundo, paren esto», clamó Correa, quien aludió al «secuestro» de Glas como «la cereza en el pastel» de la «persecución» sufrida también por él.

Correa reside desde 2017 en Bélgica, donde cuenta con la condición de refugiado desde 2022 al denunciar persecución política y ‘lawfare’ (utilización del aparato judicial contra adversarios políticos), el mismo motivo que llevó a pedir el asilo a México a Glas, que tiene dos condenas vigentes por corrupción y está imputado en un nuevo caso.