La conmoción y el estupor volvieron ayer al centro minero de Atico, en la provincia arequipeña de Caravelí, cinco días después de los enfrentamientos entre mineros informales que dejaron siete personas muertas. La Policía y la Fiscalía Contra el Crimen Organizado confirmaron que otras siete personas fallecieron el día de los hechos, con lo que la cifra de víctimas se elevó a 14, además de 12 heridos y 12 desaparecidos, como resultado de un conflicto por el control de la zona.
Los últimos cuerpos fueron hallados la tarde del martes en la zona denominada Catarata, ubicada a inmediaciones de la Asociación de Pequeños Mineros Artesanales Calpa Atico.
De acuerdo con las investigaciones preliminares, las víctimas habrían sido lanzadas a una quebrada, desde unos 50 metros. Todos presentan heridas de bala.
Sus familiares los habían reportado como desaparecidos e incluso creían que estaban secuestrados. Sin embargo, este miércoles, la Policía confirmó el hallazgo.
Como se ha informado, los ataques entre los mineros informales que operan en la zona de Calpa, en Caravelí, se iniciaron en diciembre y continuaron la mañana del jueves 2 de junio.
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