“El hospital de la muerte”, por Dante Pacheco

Una noticia como si fuese extraída de una película de terror conmocionó a la población Huaralina esta tarde; un angustiado y desesperado padre de familia denunciaba públicamente que a consecuencia de un grave acto de negligencia médica su bebé murió al momento del alumbramiento al ser extraído mutilado a la altura del cuello y presuntamente de otras partes del pequeño cuerpecito. El padre manifestó que el bebé pesaba casi cinco kilos y que en lugar de procederse a una cesárea prefirieron un parto natural con las consecuencias que ahora se lamenta, asimismo detalla que su esposa ingresó al hospital de Huaral a las tres de la madrugada de ayer lunes 1 de Agosto y que la mantuvieron con dolores durante todo el día y recién pasada las seis de la tarde entró a trabajo de parto siendo el médico a cargo el Dr. José Enrique Parodi Rojas quien tercamente no se decidió por la cirugía.

Como para colmo de la desgracia al momento de entregarle el cuerpo del recién nacido al padre, ni siquiera se dignaron a limpiarlo pues se lo mostraron llenos de sangre y con el cuello cocido. De otro lado se sabe que el médico José Enrique Parodi Rojas habría tenido denuncias por casos similares en el hospital de Chancay y aun así fue trasladado al nosocomio Huaralino. Estos actos negligentes que en anteriores oportunidades han pretendido ocultarse bajo la premisa del mal llamado espíritu de cuerpo entre los galenos, generó en algún momento el apelativo del “hospital de la muerte” cuando se hablaba del hospital de Huaral; sin embargo todos pensábamos que este periodo nefasto había concluido, no obstante, de un tiempo a esta parte vuelven las denuncias por mala atención a los pacientes, inasistencia de los médicos de turno, falta de especialistas, falta de medicamentos, atención fría de enfermeras, aparatos malogrados, médicos con supuesto COVID que no pueden ser reemplazados, ambulancias que cobran por trasladar pacientes a Lima, solo son parte de las quejas de los usuarios de este nosocomio que hoy tiene que enfrentar este problema que provoca indignación.

Como es lógico suponer, ante la magnitud del nefasto suceso se anunciaba una marcha para exigir no solo justicia, también se pide terminar con esos actos negligentes en el hospital de la muerte. En horas de la tarde se pronunciaba al respecto el director ejecutivo del Hospital, Fernando Medina quien manifestó enérgicamente que ya se abrió una investigación rigurosa al respecto y que no serán inflexibles en que se proceda como corresponde para lo cual, inclusive se decidió formar una Comisión ad hoc para que se encargue de este asunto en particular. Lo que ya no sorprende en este hospital es que el área de Comunicaciones no haya publicado ni una sola palabra relacionada con el horroroso suceso, no existe un comunicado con la decisión adoptada por el director, ni nada que se le parezca; en otras palabras, el responsable de Imagen de esta institución no suena ni truena.

Es hora de cortar por lo sano, restaurar el principio de autoridad en este hospital, de reformar totalmente la atención, de contar con médicos especialistas capaces ni mediocres y de una vez por todas limpiar la imagen del hospital de la muerte… ¿o acaso hay que esperar más muertes por actos de negligencia?

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