Por Dante Pacheco:
Durante las últimas semanas se han agudizado las protestas en contra de la empresa que construye el Puerto Multiusos más conocido como el MEGAPUERTO y todo porque el consorcio millonario no ha sido consecuente con el tema ecológico de la zona ni ha respetado los derechos de los ciudadanos que vienen siendo afectados por las obras de construcción. En ambos casos se han dado situaciones alarmantes que no han explicado con propiedad los responsables de la empresa, no han sido lo suficientemente honestos en reconocer que se está dañando el medio ambiente, incluyendo las playas del Puerto de Chancay, su fauna y su flora, son perjuicios irrecuperables aun cuando ellos digan lo contrario y como ya es de dominio público las viviendas de los vecinos por donde se ejecutan obras directas están siendo afectadas por los dinamitazos y otro tipo de intervención, pero no todos están siendo indemnizados por COSCO SHIPPING y los que sí lo están sólo reciben mendrugos. Como todos sabemos, la transnacional se jacta de contar con el apoyo de las autoridades porque aporta con dinero y obras en favor de la población, el famoso toma y daca que les permite actuar con entera libertad, contando además con el respaldo de las autoridades policiales, aunque no sabemos a qué precio.
Sin embargo, lo que debiera de establecerse con carácter de obligatoriedad por parte de la empresa es el compromiso de cumplir con todo lo que se enmarca en la norma, el respeto por el medio ambiente y resarcir los daños a los vecinos en general. No se puede seguir aceptando solo mendrugos, migajas, lo que se quiere es irrestricto cumplimiento a las leyes, aunque eso les cueste dinero, aplicar la alta tecnología que existe en el mundo no es imposible para un complejo portuario que pretende ser el mejor de Sudamérica, tampoco conviene seguir asistiendo a luchas de carácter social para alcanzar reivindicaciones. Por último, es estrictamente necesario encontrar el punto medio entre pueblo que sufre y empresa que construye, solo así podremos hablar del futuro que se nos avecina, que no es poca cosa y que nos enfrentará a desafíos inconmensurables en materia económica porque esperamos que el costo social no sea tan alto.