Otra tragedia que deja dolor y muerte en familias atavillanas

Por Dante Pacheco:

Los pueblos de Atavillos Alto y Bajo han sufrido en los últimos meses tragedias que enlutan familias enteras, sembrando entre las comunidades dolor, muerte y desesperación. El primer accidente del año con saldo fatal se produjo en Atavillos Alto y las victimas retornaban de una Misa de difunto, el segundo trágico accidente fue en territorio de Atavillos Bajo donde siete miembros de una familia pereció en el siniestro y ahora el accidente fatal se produjo también en Atavillos Bajo dejando un saldo mortal de seis personas que perecieron en el acto.

Si bien es cierto que este tipo de accidentes deben tener causas evidentes, es necesario aprender del dolor y la muerte, algunos refieren que pueden ser causas humanas o causas mecánicas, en el primero de los casos está el exceso de velocidad que a su vez puede primar allí la imprudencia o el consumo de alcohol mientras que en caso de problemas mecánicos siempre se evidencia el vaciado de los frenos que conlleva a perder la llamada dirección del vehículo, sin embargo creemos que al fin y al cabo todo se trata de errores humanos porque cuando nos mueve el espíritu de responsabilidad los propietarios o conductores de vehículos deben mantenerse siempre alertas al mantenimiento del vehículo, a la revisión de los frenos, a las llantas, etc., es decir que si se está atento a todas estas cosas se evitarían muchos accidentes, claro que nunca faltan los accidentes fortuitos cuando se interpone otro vehículo, cuando se cae un cerro, cuando se revienta una llanta o cuando uno es chocado por otro. Lo que queremos decir es que del dolor y la muerte tenemos que aprender algún tipo de lección y en este caso es el sentido de prevención… hoy y ayer hemos lamentado la partida al más allá de numerosos familiares o conocidos, pero el mañana aún está en nuestras manos aplicando la debida prevención.

Ningún sentimiento de pesar o palabras de consuelo podrán mitigar el profundo dolor del familiar que se siente acongojado por la pérdida de un ser querido y muy a pesar de que lloremos con las victimas la triste desaparición de aquellas personas que amamos y se van de pronto sin aparente explicación; nunca sabremos cuando nos tocará otra vez o cuándo al vecino u otro familiar. La tragedia siempre será parte de nuestra vida, pero jamás aprenderemos a convivir con ella, solo nos queda mirar hacia adelante y aprender a tomar medidas responsables para minimizar los funestos accidentes, no nos conformemos a decir que fue el destino lo ocurrido, tenemos que rebelarnos contra eso que llamamos destino y aprender a ser más diligentes con lo que hacemos y practicamos, la responsabilidad debe movernos a tomar las precauciones del caso y evitar más luto, más dolor y más muertes. Que descansen en paz las víctimas de esta reciente tragedia en el camino a Huayopampa.

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