Por José Ramos:
El señor Pedro Castillo, quizás, nunca ha entendido que la vida no admite ensayo, que nadie en este mundo escribe la historia de su vida en borrador y después la pasa en limpio, y mucho menos, cuando el destino te pone en la inconmensurable responsabilidad de dirigir a una nación.
Pedro Castillo, no ha sido víctima de la derecha omnivora y cavernaria, el ha sido víctima de sus propios errores, de su ingente estulticia, no he visto nunca antes, que un político tenga esa extraordinaria capacidad para dispararse a los pies.
Es cierto que, desde antes de ser elegido, ha sido sometido a una feroz, despiadada e implacable, demolición política por parte de la derecha, los poderes fácticos y su imperio mediático, eso es algo que no se puede negar, hacerlo sería una necedad de mi parte, pero aún con esta demoledora aplanadora, Pedro Castillo tenía a un tercio de la población que lo apoyaba, y que en un país como el Perú, que sufre de un descontento crónico, es un porcentaje nada despreciable.
Pedro Castillo le venía ganando la partida a sus opositores, ¿que pudo pasar por su mente, para cometer semejante estropicio, tan inconmensurable estolidez, tan abominable acto, de quebrar el orden constitucional? ¿ Qué lo motivó a patear el tablero de esa manera tan kafkianai? ¿Por qué razón jugó con fuego de esa manera? Quizá nunca lo sabremos, será un misterio que el único que podrá develar es el propio Pedro Castillo.
Me atrevo a conjeturar, que fue víctima de sus propios demonios, de su miedo cerval, de su desesperación ante las evidencias de corrupcion, de su impotencia ante tanta anatematización, o cayó en la tentación de convertirse en un omnipotente dictador, confiado en su buena suerte, o tal vez fue la materialización de un objetivo que ya se venía gestando y que fracasó gracias a la desobediencia constitucional de la fuerza armada.
La derecha lo acorraló, es cierto, pero culpar a los poderes fácticos del golpe de Estado es absolutamente insensato, nadie le puso una pistola en la cien para que cometa semejante barbaridad, para que perpetre tan ominoso crimen, que le va a costar 10 años de su libertad, hay que ser muy necio e insensato para hacerlo.por eso la frase de indignación e impotencia de su esposa cuando le dice : «que has hecho Pedro, que has hecho».
Está descabellada y macondiana aventura, de concentrar todos los poderes en sus manos, no solo le ha costado la libertad al ex presidente, sino que ha puesto al país al borde de una guerra civil, si hay un culpable y responsable de lo que está pasando en el país es Pedro Castillo, porque no supo honrar el mandato que le dió el pueblo, no cumplió con su juramento de respetar el orden Constitucional y nos ha sumido a todo el país en una profunda crisis, dónde los más afectados, como siempre, son los más pobres.
Nos hemos salvado de caer en manos de una dictadura, se imaginan si el golpe hubiera triunfado, se imaginan a un hombre como Pedro Castillo, capaz de cometer cualquier dislate y todo acto de fechoría, convertido en un dictador, y gobernando por Decreto Ley ,con jueces y fiscales designados por Bermejo o Cerrón, con los medios tomados por el Estado;, en unos pocos años tendríamos un país quebrado económica y moralmente, destruido, sin ninguna posibilidad de desarrollo.
Yo no quiero ni imaginarme lo que hubiera pasado, por eso es que condeno el golpe de Estado, por principio y por convicción democrática, para mí, toda dictadura es mala, sea de izquierda o de derecha, da lo mismo, siempre termina en una cleptocracia.
Les recomiendo a todos los jóvenes y a todos los que simpatizan con una dictadura leer las siguientes novelas: El otoño del patriarca de García Marquez, La fiesta del chivo de Vargas Llosa, Yo el Supremo de Augusto Roa Bastos, Señor Presidente de Miguel Angel Asturias, quizás, después de leerlas, cambien de opinión.