Por Dante Pacheco:
Conforme pasan los días salen a la luz las evidencias de las bombas de tiempo que dejó la gestión de Jaime Uribe al actual Municipio, no solo se trata de los trabajos paralizados en la construcción de la PTAR o de las obras inconclusas, también hay otras que lo único que pretenderían es tratar de dejar mal parado al alcalde y a sus regidores o funcionarios, como el caso de haber dejado abandonado el Vaso de Leche.
Es el caso de que cada mes se tienen que entregar el insumo correspondiente al Vaso de Leche, pero para el efecto se tiene que realizar la compra vía licitación, acto que no hizo en su momento y que debió ejecutarlo la gestión saliente, máximo en el mes de Diciembre, sin embargo los actuales funcionarios detectaron la irregularidad a tiempo y procedieron como corresponde, de modo tal que los beneficiarios de este programa social no se quedarán sin su respectiva ración en estos primeros meses del año.
En las diferentes áreas se ha podido notar que los presupuestos han sido manejados al antojo de los que se van, pero con el único propósito de causar malestar a las actuales autoridades ediles que a la fecha tienen limitaciones para desarrollar las actividades respectivas para el inicio de año. En ese mismo sentido cabe mencionar que para los efectos de la juramentación del alcalde y sus regidores la gestión anterior no dejó ni un solo centavo para gastos por lo que las mismas autoridades entrantes tuvieron que asumir los distintos compromisos, incluyendo las tarjetas de invitación, que en este caso mínimamente deberían haber hecho los que ya se fueron.
Entre las bombas y bombitas de tiempo también están las adendas o contratos CAS indefinidos a trabajadores que no cumplen con los requisitos que manda la ley, obviamente el objetivo de los ex funcionarios uribistas no eran santos. La gestión uribista no solo está plagada de irregularidades que lindan con lo delincuencial, todo parece que el espíritu obstruccionista va más allá de la mala intención, por lo que han hecho lo indecible por crear una serie de problemas, es decir que la revancha contra la gestión Cárdenas es parte del odio que ciertas autoridades y funcionarios tienen como una obsesión enfermiza e incurable… hasta cuándo.