La comunidad campesina de Aucallama y el tráfico de terreno

Para nadie es un secreto que las actividades de la Comunidad Campesina de Aucallama están ligadas al negocio de venta de terrenos, es decir que en lugar de promover actividades productivas se limitan a funcionar como una especie de inmobiliaria entregando espacios que luego resultan lotizados a menor escala, pero lo más preocupante es que en torno a esa actividad saltan a la vista el tráfico de terreno para lo cual se cometen toda clase de tropelías y abusos innombrables que devienen desde hace aproximadamente quince años.

Efectivamente, lo de la venta de terrenos no es extraño, pero lo que no es aceptable es que los directivos de los últimos tiempos arrebatan con engaño o por la fuerza, terrenos que ya están en manos de comuneros individuales, posesión que en algún momento lograron a cambio de dinero en negocio con la misma Comunidad y cuyo destino final es la reventa de dichas posesiones o propiedades; al respecto las denuncias son numerosas utilizando para ello gente matonesca y premunidos de armas despojan de terrenos a sus verdaderos dueños o en ocasiones empleando artimañas procuran el respaldo de la fuerza pública. Hace mas de diez años los dirigentes solo tienen como objetivo el hacerse de dinero, todo lo que miran tiene olor y color de moneda o de billete y eso queda evidenciado ahora que invadieron mas de tres mil metros cuadrados de un terreno colindante con el Estadio municipal aucallamino y donde la autoridad edil pretende construir más espacios deportivos, canchas, piscina, áreas verdes, ambientes para hospedaje, sauna, etc. Los comuneros desconocen que dicha propiedad, al igual que el terreno del Estadio fue parte de una donación en favor de la Liga Distrital de Fútbol y que se materializó mediante la suscripción de un acta que da fe del acto respectico. Si los señores de la Directiva de la Comunidad invadieron el terreo es porque no es de ellos por lo cual implícitamente desconocen la documentación que obra en manos de la Liga y de las propias autoridades, eso significa que a la usanza que han implementado desde hace años lo que pretenderían es negociar con la Liga a o la autoridad municipal para sacarles dinero.

Abona en contra de las actividades nada trasparente de los comuneros el hecho que desde hace más de quince años los cargos directivos rotan entre los miembros de una sola familia, desde la Sra. Carmen Castillo Pretel la sucedió su hermana, luego siguió pasando de pariente en pariente, primos y cuñados, entre otros y como para ponerle la cereza a la torta existen denuncias públicas que los terrenos en litigió estarían en manos de la Juez de Paz que sería la mismísima Castillo Pretel, es decir la familia seria juez y parte en este entuerto que tiene más apariencia de mafia que otra cosa, recordándose que cuando hay elecciones los matones solo permiten el ingreso al local de votación de los allegados a la dirigencia mafiosa, los demás son impedidos de ejercer sus respectivos votos amañando de esa manera el proceso que ha convertido a la familia de los Castillo Pretel en amos y señores de la Comunidad Campesina de Aucallama, al punto que varios de los dirigentes son todos foráneos y que en Aucallama nadie los conoce. Ha legado la hora de que alguna autoridad recobre la Comunidad en favor sus verdaderos dueños y que ello sea el comienzo del fin de la mafia de tráfico de terrenos en nuestro distrito vecino.

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