EL OJO DE LA TORMENTA, PRESENTADO POR DANTE PACHECO
Así como la pandemia desnudó en primera instancia el precario sistema de salud y cuando creímos que habíamos aprendido la lección, la muerte sorpresiva del extinto congresista Hernando Guerra García revela que no hemos aprendido nada y que las brechas siguen siendo las mismas o peor de las que tuvimos antes de la COVID, es decir que si por desgracia se levanta otra pandemia tampoco estaremos preparados.
El problema radica en que las autoridades respectivas caminan bajo la modalidad de los bomberos, solo para extinguir incendios mientras que no se toman medidas de prevención, no se cuenta con infraestructura, no se tiene materia o equipo técnico ni con suficiente personal médico o asistencial en general que pueda cubrir las necesidades básicas de la población. Solamente en el tema de médicos, existe una brecha que supera los 130 mil médicos y personal asistencial que hace falta en todo el Perú, similar problema en Huaral, no se cuentan con especialidades básicas o si las hay solo atienden esporádicamente, no solo no se cuenta con personal suficiente, tampoco se les paga a los que están, que en el caso de los contratados se les adeuda alrededor de tres meses, la atención es pésima, no se encuentran citas fácilmente, la atención en el nivel primario es cuestionable, tenemos postas donde se atiende apenas seis u ocho horas, en algunos casos solo 12 y en el interior de la provincia se tiene que no hay médicos, limitándose la atención a enfermeros o a técnicos y claro está que tampoco contamos con ambulancias en los distritos como en Sumbilca donde recientemente una anciana y su nieta tuvieron que ser evacuados en vehículos particulares luego de que un rayo cayó cerca donde ellos estaban… la precariedad es terrible.
El Ministerio de Salud pretende lavarse las manos señalando que las postas o centros de atención primaria ú hospitales de menor jerarquía están a cargo de los Gobiernos Regionales, sin embargo, las Regiones no podrán hacer nada sin mayor presupuesto y eso depende del Ejecutivo, del propio MINSA o del MEF. A todo esto, hay que añadir que el equipamiento es mínimo. no se cuenta con tomógrafos operativos, los ecógrafos tampoco sirven, se carece de insumos radioactivos para los laboratorios y la lista de falencias sería interminable porque a esto se añade que como a los Directores de hospitales se los elige a dedo, nunca caen en manos de verdaderos profesionales que además de médicos debieran ser expertos en gestión pública, particularmente con amplio conocimiento del sector salud; estos funcionarios que llegan por favores políticos quienes llevan a su vez a otros profesionales que no están calificados para cumplir con la función que les compete y todo ello suma al descalabro en que se encuentra el sistema de salud en Huaral y en todo el Perú.
Lamentablemente no se tierne un panorama positivo para el corto plazo aún cuando todos saben que el sector salud, así como de educación son entidades de endebles por obra y gracias de cubrir plazas solo para pagar favores políticos. Ni los huaralinos, ni los peruanos en general nos merecemos este precario sistema de salud.
ENFOQUE REAL 