Por Dante Pacheco:
Los parlamentarios de pronto se llenaron de un sentimiento humanitario tratando de identificarse con los deudos de centenares de familias enlutadas como consecuencia de la violencia criminal y decidieron, por lo pronto, admitir la censura del principal responsable de la inseguridad ciudadana que se vive en el país, particularmente en Lima y el Callao, es decir que con tres mociones de censura, la cabeza del ministro del Interior pende de un hilo.
Efectivamente, hasta hace poco los congresistas se permitieron salvar de la censura a Juan José Santibáñez, claro que bajo la componenda en que están inmersos los aliados de Dina Boluarte, sin embargo el asesinato del cantante del grupo cumbiambero ARMONIA 10 sacudió a toda una población que percibe una vez más que todos estamos a merced de los asesinos que andan sueltos y que no sienten en lo mínimo remordimiento en matar sin piedad a cualquier inocente. Esta vez se pudo completar las firmas para la primera moción de censura y como si esto fuera poco se presentó y admitieron otras dos, lo que significa, que si no pasa nada raro, la censura del engreído de Dina Boluarte esta cantada.
Solo tenemos que lamentar que esa reacción sea repentina y retrasada a la vez porque los niveles de violencia vienen desde hace buen tiempo y que para enfrentarlo solo hayamos tenido la terquedad de un ministro carente de capacidad y por lo tanto de estrategia, amparado por similar actitud de la presidenta que lo tenía blindado por razones que desconocemos. Esperamos que esa alianza maldita entre el Congreso y el Ejecutivo se rompa para poner fin a este y otros problemas graves que adolece el país.