Un nuevo capítulo político se abrió en la Municipalidad Distrital de Chancay, luego de que la ciudadana Joseline Sánchez Inocente, quien había presentado una solicitud de vacancia en contra de la regidora Giuliana Carrizales, confesara públicamente que fue inducida a firmar dicho documento por su propia prima, Angie Cadillo, trabajadora de la comuna chancayana.
La controversia radica en que Sánchez, una humilde comerciante ambulatoria sin instrucción superior, difícilmente hubiera podido elaborar por sí misma un escrito de más de 15 páginas, como el que fue presentado ante el concejo municipal.
Ante la presión mediática y social, terminó reconociendo que el texto ya había sido redactado previamente y que ella solo accedió a firmarlo, confiando en la insistencia de su prima.
De acuerdo con el testimonio de Sánchez, Angie Cadillo habría aprovechado el desconocimiento y la confianza familiar para persuadirla de avalar un pedido que no fue producto de su propia iniciativa. Este hecho pone en evidencia posibles maniobras políticas al interior del municipio, en un contexto marcado por tensiones entre el alcalde Juan Álvarez Andrade y dos de sus regidoras.
La versión de Sánchez indica que detrás de la solicitud existiría un interés particular, lo que nos lleva a presumir que en caso de que el actual alcalde decida postular a un cargo de mayor nivel, como el Congreso o el Gobierno Regional, tendría que renunciar a la alcaldía, y el sillón municipal recaería en la regidora Giuliana Carrizales, quien no sería considerada de confianza por su entorno. Por ello, la estrategia sería promover su vacancia anticipada para que el cargo recaiga en el regidor número dos, supuestamente más cercano y manejable para el alcalde.
Tras revelar la presión que sufrió, entre lágrimas Joseline Sánchez anunció que acudirá a la Municipalidad de Chancay para presentar un escrito de desistimiento de la solicitud de vacancia, lo cual desarmaría el proceso iniciado en contra de la regidora Carrizales. Este giro podría convertirse en una pieza clave para esclarecer la legitimidad del procedimiento, pues, de confirmarse, se evidenciaría una manipulación grave de los mecanismos de control político.
El caso abre un debate mayor sobre la transparencia en el uso de los procedimientos de vacancia, un recurso contemplado en la Ley Orgánica de Municipalidades para situaciones estrictamente reguladas, pero que en la práctica muchas veces se convierte en un instrumento de pugnas políticas internas.
De comprobarse que la trabajadora municipal Angie Cadillo intervino de manera indebida, no solo se evidenciaría una intromisión irregular en asuntos de concejo, sino también un acto éticamente cuestionable por haber manipulado a una familiar vulnerable.
En medio de esta situación, lo que queda en claro es que la política local en Chancay se encuentra marcada por tensiones de poder, donde la disputa por el control de la sucesión municipal estaría motivando acciones que rayan en el abuso de confianza y en la desnaturalización de los mecanismos democráticos.
EL DATO:
La mayoría de la población chancayana presume que quien estaría detrás de todo esto, sería el alcalde Juan Álvarez Andrade-Juanelo.