Oxidado, cubierto de polvo y maleza, yace el tractor oruga de la Junta de Usuarios Chancay–Huaral cerca a la bocatoma de Huando. Una maquinaria que alguna vez fue símbolo de trabajo y defensa ribereña, hoy es la metáfora perfecta de una gestión inservible: la de Julio Melgarejo.
El presidente de la Junta, que ahora busca reelegirse, ha dejado en claro cuál es su verdadero proyecto: permanecer en el cargo a cualquier costo, mientras el río Chancay aumenta su caudal y las riberas se deterioran sin plan alguno de descolmatación o prevención.

No hay estrategia, no hay gestión, no hay preocupación por los agricultores. Pero sí hay tiempo para los banquetes, los brindis y los sueños de cuatro años más de confort a costa del dinero de los hombres del campo.
El tractor oruga abandonado no solo es una máquina olvidada: es el reflejo de una administración oxidada, inmóvil y agotada, que ha convertido la Junta de Usuarios en una mesa servida para pocos.

¿Los agricultores seguirán premiando la ineficiencia o le darán al agro la oportunidad de renacer con líderes que realmente trabajen por él?
Redacción: 𝗖𝗲𝗻𝘁𝗿𝗮𝗹 𝗱𝗲 𝗡𝗼𝘁𝗶𝗰𝗶𝗮𝘀