Megapuerto de Chancay: Desarrollo, riqueza y la obligación del cuidado del medio ambiente

Escribe: Dr. Adrian José Cabezas Morales.

Estocolmo – Suecia.

El Megapuerto de Chancay se perfila como uno de los proyectos más estratégicos y ambiciosos del siglo para el Perú. Su construcción no solo promete transformar el comercio regional y nacional, sino también posicionar al país como un punto logístico clave en el comercio internacional. Con capacidad para recibir grandes embarcaciones, reducir significativamente los tiempos de transporte y atraer inversiones estratégicas, el puerto generará oportunidades económicas concretas para miles de familias peruanas y fortalecerá la competitividad del país en la escena global.

Sin embargo, este desarrollo solo será verdaderamente sostenible y legítimo si se ejecuta con transparencia, responsabilidad social y, de manera imprescindible, un estricto respeto y protección del medio ambiente, asegurando que el progreso económico no comprometa la riqueza natural ni la calidad de vida de las futuras generaciones.

RIQUEZA, PERO NO TRANSPARENCIA

Entre enero y noviembre de 2025, las operaciones de la Intendencia de Aduana del Puerto de Chancay generaron más de S/ 924 millones para el Estado peruano.

Existen disposiciones para que la autoridad nacional de infraestructura identifique, formule y ejecute inversiones en la zona de influencia del puerto de Chancay para 2025: Asignación para cartera priorizada de inversiones, Ley de Participación en Renta de Aduanas (PRA) 3 % de la renta de aduanas se distribuye en la provincia, y Ley de creación del Fondo Social de Chancay, un 20 % de la PRA se destina al área de influencia directa.

Estos datos, confirmados por el señor Gonzalo Ríos Polastri, gerente adjunto de COSCO Shipping Ports, durante su presentación en el Foro Empresarial de Competitividad “Oportunidades del Puerto de Chancay”, revelan dos realidades ineludibles: El Megapuerto de Chancay ya genera hoy una riqueza enorme para el país, y no existe claridad sobre cómo se utiliza ni cómo se distribuye ese dinero para el bienestar real del Perú y, en particular, del distrito de Chancay.

El proyecto avanza, la recaudación crece y el comercio fluye pero la ciudadanía no percibe beneficios directos, ni recibe información clara, accesible y verificable sobre el destino de estos recursos.

La población merece saber, con total transparencia, qué beneficios concretos está generando el Megapuerto y cómo estos se traducen en educación, salud, infraestructura, calidad de vida y, de manera esencial, en el cuidado del medio ambiente.

DESARROLLO ECONÓMICO Y CUIDADO DEL MEDIO AMBIENTE: RESPONSABILIDAD DE TODOS

Las presentaciones oficiales del megapuerto de Chancay destacan principalmente sus ventajas logísticas y comerciales. Sin embargo, no se aborda con la misma claridad ni profundidad los impactos ambientales del transporte marítimo de carga, uno de los sectores más contaminantes del mundo.

Hablar de desarrollo económico sin integrar el cuidado del medio ambiente no solo es incompleto, sino también irresponsable. Cada decisión, cada inversión y cada operación del puerto tiene consecuencias directas sobre nuestro entorno y nuestra calidad de vida.

Los barcos portacontenedores y cargueros generan, entre otros impactos: Óxidos de nitrógeno (NOx), dióxido de azufre (SO₂), partículas finas PM2.5 y PM10, residuos tóxicos, aguas de lastre contaminadas, y riesgo de derrames de hidrocarburos

Estos impactos afectan directamente: la calidad del aire, la salud pública, la fauna marina, la pesca artesanal, y el equilibrio del ecosistema costero

Por eso, proteger nuestro medio ambiente no puede ser un tema secundario ni un argumento circunstancial: es una responsabilidad de todos – gobierno, empresas, ciudadanía y sociedad civil – para garantizar que el progreso económico sea realmente sostenible y beneficioso para las actuales y futuras generaciones.

ARGUMENTO QUE NO RESPONDE A PREOCUPACIONES REALES

El señor Gonzalo Ríos Polastri, gerente adjunto de COSCO Shipping Ports, ha mencionado como argumento ambiental: «Antes, en esa zona se criaban 50 000 cerdos de manera ilegal y contaminaban el mar. Hoy, gracias al megapuerto, eso se ha solucionado.»

Reconocer un problema ambiental del pasado es válido. Pero comparar la contaminación generada por 50 000 cerdos con los impactos de un megapuerto internacional es inaceptable y simplista. Esa comparación ignora la magnitud, la complejidad y la continuidad de los impactos actuales, y no garantiza el cuidado del medio ambiente a largo plazo.

El debate no se trata de si antes se contaminaba más o menos. El debate real y urgente es cómo proteger hoy y mañana la vida, la salud y el entorno natural de Chancay, asegurando que el desarrollo económico sea sostenible, responsable y respetuoso con la naturaleza.

Cada decisión, cada operación y cada inversión del puerto debe asumir la responsabilidad colectiva de preservar el equilibrio ecológico, la biodiversidad y la calidad de vida de la población local, porque el verdadero progreso se mide por el bienestar de las personas y del planeta.

DEFENSA DEL MEDIO AMBIENTE Y LA VIDA

Como ciudadano y en solidaridad con el pueblo de Chancay, surgen preguntas que aún no tienen respuesta clara: ¿Quién fiscaliza y controla la calidad del aire que respirará la población, ¿Cómo se regula la contaminación marina generada por barcos de gran escala?, ¿Qué protocolos reales existen para prevenir derrames de hidrocarburos, sustancias tóxicas y venenosas?, ¿Qué protección efectiva se brinda a los pescadores artesanales y a las zonas de pesca?, ¿Qué plan de mitigación existe para operaciones portuarias que funcionan las 24 horas del día, los 7 días de la semana?, ¿Quién vigila de forma permanente, rigurosa y transparente el cuidado del medio ambiente?.

Estas preguntas no buscan detener el progreso, sino garantizar que se realice de manera responsable, justa y humana, asegurando que el desarrollo económico no se haga a costa de la salud, la vida y el equilibrio del entorno natural.

CONCIENCIA Y RESPONSABILIDAD

El desarrollo no se construye únicamente con cemento, acero y cifras millonarias. Se construye con instituciones responsables, información transparente y un compromiso real con el cuidado del medio ambiente.

Sin aire limpio, sin mar sano y sin ecosistemas protegidos, no existe progreso verdadero ni futuro para las próximas generaciones. El Megapuerto de Chancay debe convertirse en un ejemplo de cómo el crecimiento económico puede convivir armoniosamente con, la dignidad humana, la salud pública, la justicia social, y el cuidado del medio ambiente.

Solo así esta gran obra será recordada no solo como un logro de ingeniería, sino como un proyecto que respetó a su gente, protegió su tierra y pensó en el mañana.

El progreso no puede medirse únicamente en obras o cifras, sino en la calidad de vida de nuestras familias y en la protección del mar, del aire y del territorio que heredarán las próximas generaciones.

Dr. Adrián José Cabezas Morales

Ingeniero Aeronáutico

Doctor en Ciencia de Materiales Metálicos

Científico e Investigador en Tecnologías para Controlar y Disminuir la Contaminación Ambiental

Deja un comentario