En Caral y Moche ya se servían ceviche

¿De dónde proviene el ceviche? El mundo se ha hecho esta pregunta gracias al boom de la gastronomía peruana. Se dice, no sin razón, que los antiguos moches ya comían el ceviche como un plato de pescado macerado en tumbo. Quizá el origen mismo de la palabra ceviche nos remonta a su lengua, el muchik. Ya el sabio Federico Villarreal en su Gramática yunga, de 1921, escribió que “desde Piura hasta Trujillo se habla la lengua mochica”. Ese idioma tuvo variaciones a lo largo de la costa peruana, pasando por comunidades y etnias yungas que vivían ancestralmente de la pesca.

Los chimúes, grandes comerciantes y navegantes, hablaban el quingnam, una lengua de pescadores emparentada con el muchik que se extinguió con los españoles, pero que, según el padre y cronista Bernabé Cobo, se hablaba desde el río Jequetepeque, por el norte, hasta Carabayllo, por el sur. Tumbas arqueológicas mochicas fueron halladas en las islas Don Martín de Huacho por Arturo Ruiz Estrada, y encontramos la caleta de Huanchaco en Trujillo y otra hasta en el Pacífico colombiano por el norte.

Era un idioma disperso por los pescadores moche y en esta lengua la palabra pescado se decía “Jiak/Xiak/Tsek”, que mezclado con el fonema “vik/vich” de origen también moche/quingnam hacía referencia al pescado trozado. Lamentablemente, de esa lengua solo tenemos alrededor de 2.000 palabras registradas por cronistas y estudiosos como Bruning y Hart-Terré y el gran trujillano Zeballos Quiñones.

Pero si bien los moches y los pescadores de las yungas peruanas difundieron el ceviche, un plato de “pescado trozado”, son las evidencias arqueológicas las que nos remontan su origen en la costa norcentral del Perú, en una antigua civilización que se basó principalmente en la explotación y preparación de recursos marinos: Áspero y Caral, ambos en el valle de Supe. En estos sitios, la arqueóloga Ruth Shady ha descubierto el uso y consumo de anchoveta cruda con ají y sal encontrados en los restos de la basura de estos grandes centros arqueológicos.

En estos basurales se hallaron todos los ingredientes y restos consumidos del ceviche. El ají era el limo nativo, también llamado arnaucho, y la sal se explotaba desde épocas precerámicas en Las Salinas de Huacho, donde también existe un centro ceremonial y administrativo contemporáneo con Caral, registrado en mis estudios del valle de Huaura (2006).

Sabemos entonces que, junto con la anchoveta, los mariscos y el ají, la sal, el tumbo, la yuca amazónica, que ya se consumía en Sudamérica desde hace 8.000 años, y el maíz tostado ‘kancha’, tenemos la evidencia de que el platillo culinario más antiguo del Perú se inició con esta primera civilización, y se la debemos a la pesca artesanal.

Con chicha de jora

Al consumo del ceviche, debemos agregar otro consumo ancestral, que es la chicha de maíz, de jora o ashua, que acompañó al ceviche desde estas épocas, registradas también en Caral, y que no solo alegró a los antiguos peruanos y al pescado, sino que lo maceró para crear también al fiel sudado.

Incluso, después de siglos, nuestros ancestros siguieron aplicando el mismo principio culinario de los antiguos pescadores luego de la llegada de los conquistadores: usaron la técnica del ceviche para preparar el pato cocido con ají y naranja agria en todo el norte chico, y sabemos que aún, en Cajatambo, se sigue preparando el ceviche de camarones a la piedra, también en Lunahuaná y se cuece con piedras hirviendo en tazones hechos con mates o calabazas secas.

La historia peruana del ceviche es milenaria y diversa, y la declaratoria de la Unesco como patrimonio inmaterial de la humanidad lo debe reconocer como una práctica ancestral originada desde la civilización Caral y que gracias a los trabajos de Ruth Shady y los arqueólogos de la UNMSM, que iniciaron este proyecto, sabemos que el ceviche es originario del Perú.

Gobierno Regional de Lima envía maquinaria pesada en mal estado al valle de Caral

La incapacidad no puede ser inexperiencia solamente. La gobernadora regional Rosa Vásquez quizás para salir del paso y del apuro, de forma irresponsable envío esta única maquinaria pesada que terminó malograda en menos de 30 minutos de uso.

Y la ayuda que era urgente se convirtió en una burla para los damnificados pues en pocas horas, la crecida del río terminó por inundar la carretera y decenas de hectáreas de cultivo, y hasta su propia maquinaria.

Si el gobierno regional no tiene maquinarias por estar en mal estado o encontrarlas canibalisadas por la ex gestión regional, lo mínimo que debió hacer era alquilar un pool de maquinarias para ayudar a los afectados y evitar al menos el daño que iba ocasionar la crecida del río Supe.

No hizo ni uno ni otro. Y su incapacidad quedó reflejada en esta maquinaria malograda, en medio del agua. Y los consejeros?. Pues tomándose fotos y mostrando una realidad que no existe. La paciencia es nuestra mejor virtud.

Barranca: arqueólogos hallan edificio prehispánico en Cerro Colorado contemporáneo con Caral

Un equipo de arqueólogos descubrió un edificio prehispánico en el sitio arqueológico Cerro Colorado, en el circuito de playas de Barranca), contemporáneo con la ciudad sagrada de Caral.

La importancia de los hallazgos a partir de los últimos resultados obtenidos por el método del carbono 14 se dieron a conocer en conferencia de prensa convocada por la Cámara de Turismo de la provincia de Barranca y el PIVAB (Proyecto de investigación Los Valles de Barranca).

El arqueólogo y director del PIVAB, Plinio Guillen, explicó que Cerro Colorado fue ocupado durante varios momentos de la época prehispánica.

Zona arqueológica de Cerro Colorado

«La primera temporada de excavaciones (marzo 2022) en Cerro Colorado, ha permitido los primeros fechados radiocarbónicos. Así, las muestras de carbono 14 nos aproximan a la hipótesis inicial, que plantea que este lugar fue ocupado durante varios momentos de la época prehispánica. Esto significa que la ocupación más antigua corresponde a 2,470 – 2,276 a.C., ubicando a Cerro Colorado en el rango de desarrollo de la Civilización Caral«, dijo.

Asimismo refiere que «el segundo fechado corresponde a 772 – 989 d.C., que nos indica que el sitio continuó (o volvió a ser ocupado) durante la época en que la cultura Huari se desarrolló en distintas áreas del territorio andino».

Cabe recordar que cultura Caral se desarrolló entre los años 3000 y 1800 antes de Cristo y es contemporánea de las de Mesopotamia y Egipto. La zona arqueológica está ubicada en el valle de Supe y es patrimonio cultural de la Humanidad de la Unesco desde 2009.