El pasado domingo 8 de junio, vecinos del distrito de Los Olivos denunciaron un presunto caso de maltrato infantil ocurrido en el albergue “Sagrado Corazón”. Según los testimonios, una menor fue sujetada violentamente por una mujer, presunta trabajadora del centro, mientras pedía desesperadamente ser liberada.
El hecho fue grabado por residentes de la zona, quienes aseguraron haber escuchado gritos que provenían del patio trasero del albergue. En los videos captados, se observa cómo la menor, de aproximadamente diez años, es inmovilizada contra el suelo por la trabajadora, quien le mantiene los brazos en la espalda y le sujeta la cabeza, generando el temor de que pudiera haber sufrido alguna lesión.
Vecinos aseguran que gritos de la menor eran fuertes
Uno de los vecinos relató: “Lo que nos alertó fueron los constantes gritos de la niña. Eran tan fuertes que duraron varios minutos. Pudimos constatar que una mujer estaba encima de una menor, sujetándole con fuerza. Le inmovilizaban la cabeza contra el suelo mientras ella gritaba que le dolía”.
Otra vecina afirmó que los gritos “eran desesperantes” y aseguró que la presión que ejercía la trabajadora sobre la niña “podría haberle roto la columna”. “No tenía a dónde escapar. Son gritos que de verdad rompen el alma”, agregó. Los vecinos también señalaron que durante el incidente había al menos tres personas más presentes, presunto personal del albergue, que solo observaron sin intervenir.
Debido a que el lugar se encuentra cercado, los residentes no pudieron acceder para auxiliar a la menor. Tras el incidente, aseguran haber solicitado la intervención de las autoridades.
INABIF reconoce uso de fuerza, pero no cuestiona el proceder del personal
Mediante un comunicado, el Programa Integral Nacional para el Bienestar Familiar (INABIF) informó que la menor habría intentado salir del centro, por lo que fue “reducida” por el personal del albergue. También indicaron que actualmente la niña recibe atención psicológica. Sin embargo, la entidad no se pronunció sobre la manera en que el personal actuó, ni sobre las posibles consecuencias físicas o emocionales de esta intervención.
Los vecinos, por su parte, afirman que no es la primera vez que escuchan gritos dentro del albergue. Según dicen, situaciones similares ya habrían ocurrido anteriormente. Aunque la Fiscalía de Menores se presentó en el lugar en una ocasión pasada, aseguran que no hubo cambios visibles en la gestión del centro.
Los denunciantes exigen que se realice una investigación profunda para esclarecer lo sucedido y garantizar la seguridad de los menores alojados en el albergue. “Queremos que esto no se repita. Nadie debería vivir algo así, mucho menos una niña”, concluyó uno de los residentes.
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