Agentes del Serenazgo y Fiscalización de Pueblo Libre realizaron dinámicas donde les vendaron sus ojos y les amarraron brazos y piernas para que sientan en carne propia cómo es el día a día de una persona con discapacidad. El objetivo fue enseñarles a ser empáticos.
La charla denominada ‘Ponte en mi lugar’ fue impartida por la licenciada Flor de María Díaz Salcedo, jefa de las Oficinas Municipales de Atención a las Personas con Discapacidad (OMAPED) de Lima Oeste.
A un sereno del Grupo de Operaciones Especiales (GOES) le amarraron sus pies y se le pidió que camine con muletas. El trabajo fue difícil para él por su talla, más aún cuando le pusieron obstáculos en el camino. Ese es el día a día de muchas personas.
Otro trabajo que se hizo con tres fiscalizadores fue amarrarle un brazo a cada uno a su torso. Ellos vieron que fue difícil servir un vaso con agua o abrir una bolsa cuando no tienen la movilidad de sus dos miembros superiores.
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La experta enseñó al personal municipal a llevar a una persona en sillas de ruedas y a orientar a aquellas con discapacidad visual. En este último caso, el guía debió de describir todo lo que le rodea.
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“Tienen que aprender a ponerse en el lugar de las personas con discapacidad y no hacerlas sentir menos. Son personas normales, no enfermas. Por ello, ello se les debe tratar con respeto”, expresó Díaz Salcedo.