Otra vez otorongos brindaron a «los niños»

EL OJO DE LA TORMENTA: PRESENTADO POR DANTE PACHECO

En otra demostración de que otorongo no come otorongo, los congresistas de la República terminaron por blindar al grupo de Parlamentarios denominados “los niños” rechazados y mandando al archivo el pedido de que se proceda en contra de ellos con una denuncia constitucional.

Como se recuerda, el grupo de “los niños” fue involucrado en una serie de hechos que lindan con delitos que en su momento deberán ser sancionados y que forman parte de imputaciones que hicieron en su momento gente del entorno del ex Presidente Pedro Castillo que ahora se acogen a la confesión sincera, señalándose que a cambio de proteger al ex mandatario con sus votos, este grupo de congresistas recibió como contraparte el derecho de obtener direcciones y jefaturas en organismos importantes, incluyendo ministerios, así como determinadas obras en sus regiones, versiones más atrevidas hablan de recepción de dinero a modo de prebendas.

En ese marco de denuncias no se entiende cómo es que los padrastros de la Patria siguen blindando a estos niños de quienes además se dice que obedecían a pie juntillas todo lo que se les ordenaba desde Palacio de Gobierno. El caso es que al rechazar la denuncia constitucional el caso se manda al archivo sin mayores inconvenientes.

No nos cabe la menor duda que continuamos en la ruta del desprestigio por parte de los Congresistas, generadores de crisis, promotores de corrupción y defensores de todo lo que lleva el membrete de irregularidad… muy a pesar que tendremos que soportarlos hasta el 2026, tanto porque ellos mismos no quieren irse al considerarse lo mejor y luego porque la presidenta tampoco quiere irse, de modo tal que aun cuando en el Perú existiese la muerte cruzada, ninguno de los dos poderes hubiese hecho uso de ese derecho porque en mi querido país prima el interés particular en lugar del interés común, es decir el de las grandes mayorías… el consuelo de algunos será de que una raya mas al tigre no significa nada, típico consuelo de tontos.