Juez excarceló a 5 sujetos que cayeron con casi 2 toneladas de cocaína destinada a Europa

En una de las más importantes operaciones antidrogas de este año, el lunes 27 de junio por la noche, un equipo de agentes del Grupo Orión de la Dirección Antidrogas (Dirandro) capturó a 5 presuntos narcotraficantes que pretendían embarcar 1.890 kilos de cocaína acondicionados en 43 maletines, en la playa Punta Ballena, en el conocido balneario de Máncora (Talara, Piura).

Los involucrados habían arribado a la playa con una camioneta que llevaba el alijo de drogas. Se encontraban esperando la llegada de una embarcación artesanal que, de acuerdo con lo planeado, transportaría el cargamento hasta un punto en altamar donde se encontraba un buque de gran calado, que trasladaría la droga a Europa.

Cuando los implicados se dieron cuenta de la presencia de los agentes antidrogas, huyeron. Sin embargo, el cabecilla, Jorge Bazán Aguilar, conocido como ‘Gordo Tobi’, y sus cómplices Eddy Díaz Llaury, Humberto Quezada Huamán, Julio Valles Sifuentes y el ciudadano venezolano Eduardo Zegarra González fueron intervenidos por los agentes del Grupo Orión y encerrados en los calabozos de la Dirandro.

Con las contundentes evidencias a la mano, el fiscal Miguel Cuya Berrocal solicitó 36 meses de prisión preventiva para la banda del ‘Gordo Tobi’. Sin embargo, el lunes 18 de julio, en una audiencia que se inició a las 3 de la tarde y culminó a las 4 de la tarde con 26 minutos, el juez John Pillaca Valdez rechazó el requerimiento fiscal y concedió la libertad con restricciones a los imputados. En una hora y media, el magistrado Pillaca echó a perder una investigación policial de 12 meses.

La defensa de los acusados argumentó que estos no habían sido detenidos en posesión de las casi 2 toneladas de cocaína, no obstante que las pruebas de la Fiscalía demostraban que los agentes del Grupo Orión los siguieron desde que la droga proveniente del valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), llegó a Lima y, luego de realizar las coordinaciones en un taller de mecánica en La Victoria, se dirigieron a Máncora con el alijo de cocaína para consumar el trasbordo.

El juez Pillaca acogió la versión de la defensa de los arrestados, quienes afirmaron que no pueden haber sido parte de una organización criminal porque los atraparon sin droga. Evidencias como filmaciones, fotografías y testimonios de testigos no fueron suficiente para el juez Pillaca.

Ante esta grave situación, el fiscal Miguel Cuya apeló la decisión judicial. El jueves 13 de octubre, la Tercera Sala Penal de Apelaciones Nacional, integrada por los magistrados Ramiro Salinas Siccha, Víctor Enríquez Sumerinde y Yeny Magallanes Rodríguez, declaró nula la resolución que otorgaba la libertad de los procesados y ordenó un nuevo juicio, pero con otro magistrado.

Juez ordena a policía a pagar préstamo que efectuó de manera verbal a su exconviviente

El Tercer juzgado de Paz letrado Mixto del Santa, declaro fundada la demanda interpuesta por la enfermera Z.A.C.L, en contra del sub oficial, H.L.R.V, quien desde el 2016, no cumple con honrar su deuda ascendente a la suma total de S/.50.000 mil nuevos soles, préstamo que se le otorgo de buena fe y en atención a la relación sentimental que mantuvieron en su momento.

Según la denunciante, desde el año 2017, el obligado no ha cumplido con honrar su deuda, pese a los constantes requerimientos solo obtuvo excusas para no cumplir con su obligación asumida, alegando que al no existir contrato formal (escrito), no tendría la obligación de cumplir con el préstamo.

Ello fue suficiente para que la demandante busque justicia en foro jurisdiccional, pues si bien es cierto la obligación no se formalizo mediante un contrato escrito, el demandado acepta su reconocimiento de deuda, a través de mensajes de whatssap, depósitos y otras documentales, elementos que convencieron al juez para que estime la demanda y ordene al demandando a cumplir con su deuda, bajo apercibimiento de iniciarse la ejecución forzada.

El letrado Oscar Ghilardi, abogado de la parte demandante, manifiestó “ esta sentencia deja un precedente en la ciudad de Chimbote, pues por desconocimiento y primando la buena fe, algunas personas prestan dinero sin las formalidades que exige la ley (contrato escrito), de manera que, hace más difícil el requerir el cumplimiento de pago, sin embargo, en atención al principio de liberad de la forma, las partes pueden suscribir contratos de forma verbal, por lo cual es necesario que antes de recurrir a demandar, se reúna todo el acervo de documentales que sirva o genere convicción al juez, como en el presente proceso, donde fue suma importancia los mensajes de whatsapp”, acotó.

Juez exige a abogado que estaba con chaleco ponerse saco y este cuestiona la base legal para hacerlo

El abogado Ángel Daniel Ortiz Ayosa, registrado en el Colegio de Abogados de Piura, empezaba la presentación del caso que defendía cuando el juez le consultó por qué no estaba con saco. Sorprendido, ya que vestía camisa, corbata y un chaleco formal, cuestionó en qué ley se basaba el magistrado para solicitarle que lleve la prenda exigida. Este respondió que se trataba de una costumbre y que el derecho estaba llena de estas, que todos debían uniformarse así.

El letrado, más allá de aceptar lo dicho, respondió con argumentos el porqué resultaba irrelevante este pedido. ¿Qué dijo? Lee el intercambio de palabras que tuvieron y cómo se llegó a continuar con la audiencia judicial.

Abogado: No tengo a la mano un saco, señor magistrado, estoy con un chaleco.

Juez: Sí, ya lo sé, por eso le pregunto, ¿por qué no está con su saco?

Abogado: Señor magistrado, con todo respeto, ¿cuál es la base legal que usted está usando para poder solicitarme a mí, que me encuentro en esta audiencia con un saco?

Juez: ¿Base legal, señor? ¿Usted me está requiriendo que le diga dónde está la norma para que usted se ponga el saco en una audiencia judicial?

Abogado: Sí, señor magistrado.

Juez: No, señor, usted no me puede pedir la norma, usted debe saber, como abogado, que una de las fuentes del derecho es la costumbre. Y la costumbre dice que en una audiencia judicial se tiene que venir con saco y corbata. ¿Tengo que decirle eso, abogado?

Abogado: Sí, señor magistrado, está bien la costumbre, pero usted no puede imponer la costumbre en las audiencias, señor magistrado.

Juez: No me responda, señor, y no he terminado de hablar, y no es un debate con usted. Aprenda a respetar y aprenda a hablar cuando le corresponda. No le he concedido la palabra y esta es una audiencia judicial. Si usted me pide dispensa porque no tiene saco en este momento, se la voy a dar, pero creo que es una falta de respeto decirle al juez en una audiencia, interrumpiendo lo que dice, que usted no tiene por qué venir con saco a la audiencia.

Abogado: Señor magistrado, si bien es cierto, usted es el director del debate, lo sabemos todos, debemos dirigirnos a usted con respeto, pero es sabido por todos nosotros que ni el juez es más que el abogado, ni el abogado es más que el juez. Entonces, yo creo que aquí todos merecemos respeto. Yo estoy hablando con un tono de voz normal, sin estar alterándome ni alzándole la voz a usted, que se merece respeto. Pero yo también solicito el respeto adecuado, señor magistrado.

Yo, en este momento, le voy a pedir las disculpas del caso por no tener el saco que usted requiere, señor magistrado. No obstante, tampoco puedo limitarme a no decir que no existe una base legal que me exija a mí presentarme con un saco, señor magistrado. Si bien es cierto, está en la costumbre, se viene desarrollando así, eso no significa que yo me encuentre obligado, más aún cuando la Constitución Política del Perú dice que nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda ni prohibido de hacer lo que la ley no impide. En ese sentido, señor magistrado, le extiendo mis dispensas.

Juez: Bueno, voy a dar por superado este incidente; y está exhortado, abogado, que se presente en las sucesivas audiencias con su saco y su corbata, porque así todo abogado se presenta a una audiencia, si no, yo también vendría en camisa, pues, señor abogado.

Abogado: Sí, señor magistrado, muchas gracias.