Un segundo sismo se registró esta tarde en Lima. Esta vez el temblor fue de 4.9 grados y el epicentro fue en el oeste de Huaral, según indicó el Instituto Geofísico del Perú en su cuenta oficial en X.
Según la institución, el remezón fue sentido con una intensidad de grado III-IV en la escala de Mercalli, con una profundidad de 89 kilómetros. No obstante, este hecho no ha dejado daños materiales o personas afectadas.
Esta mañana, alrededor de las 11:40 a.m., también se dio un tembor de 4.6 que puso en alerta a la población. a través de RPP, unos oyentes reportaron haber sentido con intensidad el sismo, lo que los obligó a salir de sus viviendas para salvaguardar su integridad.
El jefe del Instituto Geofísico del Perú (IGP), Hernando Tavera, reiteró que la población debe estar alerta ante este tipo de sucesos ya que el Perú se encuentra en una de las regiones sísmicamente más activas del mundo.
“No podemos predecir el momento exacto de un sismo, pero sí podemos anticiparnos a sus consecuencias si fortalecemos nuestra cultura de prevención”, señaló.
El viernes 15 de agosto, a las 3:00 p.m., se desarrolló en la provincia de Huaral el Segundo Simulacro Nacional Multipeligro 2025, ejercicio que tuvo como propósito fortalecer las capacidades de preparación y respuesta de las instituciones y la población frente a emergencias de gran magnitud.
El simulacro recreó un sismo de 8.8 grados en la escala de Richter, con epicentro a 60 kilómetros al oeste de la provincia constitucional del Callao, generando un escenario de daños simulados en distintas localidades del país.
En Huaral, los reportes del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) y el Instituto Geofísico del Perú (IGP) indicaron afectaciones significativas, tales como interrupciones en vías de comunicación y daños en centros poblados y distritos de la provincia.
El presidente de la Plataforma de Defensa Civil y alcalde provincial de Huaral resaltó la importancia de este tipo de ensayos, que permiten evaluar los tiempos de respuesta, identificar fortalezas y corregir debilidades en la gestión de riesgos.
Este ejercicio forma parte de los esfuerzos nacionales para consolidar una cultura de prevención y resiliencia, recordando a la ciudadanía que estar preparados es fundamental para reducir los impactos de los desastres y proteger la vida y el patrimonio de las familias huaralinas.
Los especialistas han confirmado que los sismos de gran magnitud son cíclicos, es decir que se repiten cada cierto tiempo, de modo que se espera un evento grande luego de 275 años de silencio sísmico como consecuencia de un acoplamiento subterráneo al sur de Lima. Recordemos que estamos en el cinturón de fuego y eso nos hace pasible de permanentes sismos.
Lo ocurrido el día de ayer en el Callao con un sismo de 6.1 permite que nos hagamos una idea de cómo sería un movimiento telúrico de más de ocho grados, pero de manera especial nos remite a saber que no estamos preparados, que no tenemos política de prevención, que vivimos rodeados de edificios mal construidos, sin estudio de suelos y en lugares nada apropiados, pero además tampoco tenemos cultura de prevención en nuestro comportamiento, nos interesa un comino los simulacros y tal y conforme ocurrió ayer terminamos por desesperarnos, sin saber qué hacer ni adónde ir o colocarnos, allí nos acordamos de Dios y nos abrazamos con el que esté más próximo a nosotros sin importar si lo conocemos o no, todo en un afán de protegernos. Se ha dicho hasta la saciedad que tenemos que ubicar lugares seguros, dentro y fuera de donde nos encontremos y debemos participar de los simulacros, pero al parecer eso es lo que menos nos interesa.
En el Perú, el grado de informalidad en todo nos coloca en mayor riesgo porque cada cual construye como le parece, sin asistencia de profesionales o pretendiendo sacarles la vuelta a las autoridades sin importarles la vida de familiares o amigos. Por lo general nadie se preocupa por el estudio de suelos ni construir en lugares inseguros, etc.
Nadie sabe en qué momento se producirá un sismo grande y por eso olvidamos rápido, nos afanamos por dos o tres días luego de algún evento como el de ayer y la desidia se convierte en trampa mortal porque cuando ocurra, las mayores desgracias no las producirá el sismo, si no la desesperación.
En Huaral y en Chancay hay lugares que fueron afectados como el colegio de Los Naturales donde ya los pabellones fueron declarados en emergencia y desde años no se les puede construir una nueva infraestructura, hoy los alumnos han tenido que salir de sus ambientes que ofrecen desprendimiento de techos y paredes, también están zonas como 28 de Julio en Chancay donde existen grietas que alcanzan hasta cuatro cuadras en el sector de Buena Vista. Aquí las autoridades tienen que cumplir con un rol importante para replantear las acciones de las áreas de Riesgo y de Desastres, de lo contrario podríamos lamentarnos grandemente… La prevención es lo único que podría salvarnos de cualquier evento sísmico, simulacros y simulacros, no nos queda otra cosa.
Las edificaciones levantadas sobre los bordes del acantilado de la Costa Verde están en peligro. Así lo advirtió el Colegio de Ingenieros del Perú, luego del sismo de magnitud 6.1 que remeció Lima recientemente y que provocó desprendimientos de tierra y rocas en varios puntos del circuito de playas.
“El peso extra de los edificios sobre un terreno inestable puede generar deslizamientos y hasta el colapso total de las construcciones”, alertó el doctor José Macharé Ordóñez, presidente del Comité de Gestión del Riesgo de Desastres de la Federación Mundial de Colegios de Ingenieros.
No es la primera vez que ocurre. En 2019 y 2020 ya se reportaron derrumbes en la zona, aunque sin víctimas. “Si pasaba en hora punta, estaríamos hablando de otra historia”, agregó.
“NO SIRVEN ANTE UN SISMO FUERTE”
Aunque la Municipalidad de Lima aseguró que las geomallas funcionaron tras los deslizamientos recientes, los especialistas no comparten la misma tranquilidad. “Las mallas solo detienen piedras pequeñas. Ante un sismo fuerte, no sirven”, advirtió Macharé.
Incluso, tras el reciente movimiento telúrico, se rompieron geomallas en algunos tramos, dejando al descubierto la fragilidad del sistema de contención. “El acantilado es inestable por naturaleza. Fue erosionado por miles de años, y seguirá desprendiendo material si no se actúa a tiempo”, insistió.
El ingeniero Alberto Ramírez Erazo, de la UNI, explicó que los derrumbes ocurren por el deslizamiento del conglomerado natural del talud, compuesto por rocas, limo y arcilla. A esto se suma la humedad por filtraciones de agua de jardines y áreas verdes. “Eso debilita más el terreno y contribuye al colapso”, dijo.
VEGETACIÓN COMO BARRERA NATURAL
Gina Chambi, arquitecta y presidenta de la Comisión Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres, señaló que una solución sostenible sería cubrir de vegetación toda la Costa Verde. “Las raíces ayudan a sostener las piedras. Las geomallas son un complemento, pero no la solución definitiva”, sostuvo en Cuarto Poder.
Hoy, gran parte de los acantilados luce árida. Las zonas verdes son escasas, y muchas geomallas están rotas o deterioradas. “Hay que sembrar árboles y reemplazar las mallas dañadas. Esto puede salvar vidas”, agregó.
INTERVENCIÓN DE EMERGENCIA
Tras el sismo, la Municipalidad de Lima y el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas evacuaron preventivamente la Costa Verde y cerraron la vía por varias horas. “En menos de dos horas rehabilitamos la zona. No hubo heridos ni vehículos atrapados”, aseguró Mario Casaretto, vocero edil.
Sin embargo, desde el Colegio de Ingenieros se insiste en que no basta con la limpieza tras los derrumbes. Se necesita una evaluación técnica urgente de todas las construcciones en riesgo, incluso el retiro progresivo de aquellas ubicadas en zonas críticas.
Mientras tanto, vecinos y usuarios del circuito de playas deben estar alertas. El terreno sigue inestable y, según advierten los expertos, un nuevo sismo podría tener consecuencias graves.
Este lunes, 16 de junio, a las 12:40, se sintió un leve sismo en Lima. Según el Instituto Geofísico del Perú (IGP), el epicentro del movimiento telúrico se situó a 32 kilómetros al oeste de la provincia constitucional del Callao y tuvo una intensidad de 4.2.
El sismo se sintió en el primer puerto y en Lima, luego de que ayer, domingo, y en pleno Día del Padre, un movimiento de 6.1 de magnitud remeciera la capital y la provincia constitucional del Callao.
En diálogo con RPP, Hernando Tavera, presidente del IGP, señaló que el sismo de hoy fue una réplica del que se registró ayer.
“Es una réplica del evento sísmico que ocurrió el día de ayer, [de] magnitud 4.2 y la intensidad, en el Callao, ha sido en el orden de 3, ha sido percibido muy levemente el movimiento”, expresó.
Asimismo, Tavera señaló que es imposible determinar si habrá más réplicas. “Las réplicas inmediatas al evento sísmico han sido solamente tres y esta réplica es un poco espaciada. No podríamos aseverar realmente si va a haber más réplicas o no, o va a cesar. Simplemente estamos haciendo el monitoreo constante de esta actividad”, acotó.
“El sismo de ayer no ha liberado la energía de grandes sismos”
Asimismo, Tavera indicó que el Perú se encuentra en una zona sísmica, por lo que los movimientos telúricos continuarán ocurriendo. “No lo podemos evitar”, resaltó.
En esa misma línea, manifestó que el sismo de ayer, domingo, “no ha liberado la energía de grandes sismos”, por lo que exhortó a la población a tomar sus precauciones y no confiarse.
“El área de ruptura está asociada a la magnitud del sismo. Cuando hablamos de la magnitud del sismo, estamos diciendo que un sismo de magnitud 7, por ejemplo, es 30 veces más energía que uno de 6. Un sismo de 8 es 900 veces más energía que uno de 6. Entonces, al final, el sismo de Pisco, que es magnitud 8, ha tenido una longitud de ruptura de 170 kilómetros. El sismo de ayer simplemente ha tenido una ruptura de algunos metros. Entonces, no hay nivel de comparación. El sismo de ayer no ha liberado la energía de estos grandes sismos que en algún momento van a tener que ocurrir en nuestro territorio”, concluyó.
Un sismo de magnitud 6.0, con epicentro en el distrito de Lucanas (Ayacucho), sacudió esta mañana diversas localidades del sur del Perú, generando alarma entre la población y provocando daños estructurales en instituciones educativas y viviendas de adobe.
El temblor se percibió con fuerza en el distrito de Acarí, en la provincia de Caravelí, Arequipa, así como en zonas cercanas de Ayacucho, según lo reportado por el Instituto Geofísico del Perú (IGP).
DAÑOS EN ESCUELAS Y EDIFICIOS DE MATERIAL NOBLE Y ADOBE
Una de las infraestructuras más afectadas fue una escuela primaria ubicada en el distrito de Bella Unión. Según reportes de autoridades locales, esta institución presenta nuevas rajaduras tras el movimiento telúrico, sumándose a los daños que ya había sufrido durante sismos anteriores. Aunque el colegio está construido con material noble, las fisuras representan un riesgo para los escolares.
En otras zonas, como el distrito de Huanuhuanu, también se observaron daños considerables. Fotografías enviadas desde el lugar muestran muros colapsados hechos de adobe. Se presume que la repetición constante de sismos en la región ha debilitado progresivamente estas construcciones, aumentando su vulnerabilidad frente a movimientos de mayor intensidad.
ALERTA EN ZONAS DE ACTIVIDAD MINERA
En la parte alta de Huanca, localidad ubicada cerca del epicentro, se reportaron posibles colapsos en centros mineros, aunque hasta el momento no se ha confirmado oficialmente el número de heridos. La zona es conocida por su intensa actividad de minería artesanal, lo que incrementa el riesgo para trabajadores en caso de deslizamientos o derrumbes posteriores a un sismo.
REACCIÓN DE LA POBLACIÓN Y LLAMADO A LA PREVENCIÓN
La población experimentó momentos de temor durante y después del movimiento sísmico. Testigos relataron que muchos niños lloraban y mostraban signos de nerviosismo, especialmente aquellos que vivían por primera vez un evento de esta magnitud. Adultos mayores también se mostraron visiblemente afectados.
El sismo anterior ocurrió apenas el sábado pasado con una magnitud de 5.8, lo que demuestra una frecuencia significativa de estos eventos en la zona.
SOLICITAN MAYOR ATENCIÓN DE LAS AUTORIDADES REGIONALES
La respuesta de las autoridades locales ha sido inmediata con la realización de monitoreos para evaluar los daños materiales. No obstante, los pobladores expresaron su preocupación por la falta de atención sostenida por parte del gobierno regional.
Se hizo un llamado al gobernador regional de Arequipa, Roel Sánchez, para que se brinde una atención efectiva y continua a los distritos más alejados, que históricamente han sido vulnerables a eventos sísmicos y muchas veces quedan relegados tras la emergencia.