De Chancay a Brasil: estudios cuestionan viabilidad técnica y económica del Tren Bioceánico

Estudios cuestionan la viabilidad económica y evidencian potenciales impactos ambientales del proyecto de ferrocarril que plantea conectar el Puerto de Chancay y la costa del Atlántico en Brasil. Un análisis elaborado en el Centro de Estudios sobre China y Asia-Pacífico de la Universidad Pacífico muestra que puede resultar económicamente más ventajoso utilizar los puertos del norte de Brasil para el comercio con Asia que trazar una ruta desde este país hasta el puerto de Chancay. El precio del flete vía Chancay puede ser hasta 117% superior que por las rutas existentes de Brasil. La ruta presentada por el gobierno de Lula Da Silva afecta más de una decena de áreas naturales protegidas.

El denominado Tren Bioceánico es un proyecto que Brasil impulsa con la idea de conectar el Puerto de Chancay con su costa del Océano Atlántico. Según el gobierno de Lula Da Silva este megaproyecto –que atravesaría la Amazonía y los Andes– acortará tiempos y reducirá costos en el transporte de carga, pero un reciente estudio señala lo contrario: que esta ruta no será más económica y que los impactos ambientales serán mucho mayores.

El tren conectaría el puerto de Ilhéus, en el estado brasileño de Bahía (Atlántico), con el megapuerto de Chancay (Pacífico), una ruta directa a Asia. El proyecto incluye la construcción de una vía férrea que transporte grandes volúmenes de productos como soya, maíz, algodón y carne. 

Según un trazado preliminar difundido por el Ministerio de Transportes de Brasil, el ferrocarril pasará por Lucas do Río Verde (Mato Grosso), Porto Velho (Rondônia) y Río Branco (Acre). Luego, la proyección sigue por el territorio peruano, a través de las regiones de Madre de Dios, Cusco, hasta llegar a Chancay (Lima).

Aunque el interés por este vía férrea data de hace más de diez años, el proyecto volvió a tomar impulso luego de que, en julio pasado, Brasil y China firmaran un memorando de entendimiento para evaluar la viabilidad de este corredor. En Perú, en 2024, la empresa estatal china Cosco Shipping —principal dueña del puerto de Chancay— promovió el avance de esa vía y pidió al Gobierno que lo incluya en su agenda.

TRAZOS. El Ministerio de Transportes de Brasil difundió un mapa preliminar sobre las obras ferroviarias en dicho país. En él figura una proyección hacia Perú.
Imagen: Gobierno de Brasil

Sin embargo, el entusiasmo contrasta con los resultados preliminares de un estudio en curso liderado por Leolino Dourado, investigador del Centro de Estudios sobre China y Asia Pacífico de la Universidad del Pacífico. 

Sus hallazgos –presentados en el Seminario Permanente de Investigación Agraria (Sepia)– identifican que aunque la distancia marítima entre Chancay y China es menor que desde los puertos brasileños del norte, la carga de Brasil recorrería un mayor trayecto terrestre para llegar a Chancay. Esto impacta directamente en el precio del flete de productos no perecibles como la soya: lo encarece.

El traslado de una tonelada de soya desde los centros productores brasileños Lucas do Río Verde, Porto Velho y Manaos, por el ferrocarril hacia Chancay y, luego, vía marítima a Shanghái (China), tendría un costo mayor que si utiliza la infraestructura existente en Brasil. Con la primera ruta, el precio del flete marítimo sumado al terrestre puede llegar a ser hasta 117% más que con la segunda.

“Tiene beneficios cuestionables, altos costos económicos y socioambientales, lo que para mí es un escenario claro de que es un proyecto que no es una buena idea. Pero, al mismo tiempo, eso no significa que un proyecto no se lleve a cabo. La propia [Carretera] Interoceánica está ahí, construida”, dice el investigador a OjoPúblico.

En paralelo, con base en el trazado preliminar que atraviesa la región de Madre de Dios, la ONG CooperAcción identificó que 25 territorios de conservación natural y cultural en Perú, entre ellos una reserva territorial, 15 Áreas Naturales Protegidas (ANP) —como la Reserva Comunal Amarakaeri o el Parque Nacional del Manu— y nueve Áreas de Conservación Regional pueden resultar potencialmente afectadas por una infraestructura ferroviaria y su área de influencia.

“Desde el punto de vista de conservación y de respeto a la condición especial de nuestra áreas protegidas, y desde un tema de derecho especial que asiste a los pueblos indígenas y de consulta (…) no me parece viable. Claro, desde un punto de vista económico y de comercio internacional parece que sí lo está siendo. Y ese es el principal motor hasta ahora”, dice el geógrafo Mauricio Pinzás Luna, investigador de CooperAcción. 

En sus palabras, el impacto ambiental puede ser mayor al beneficio económico.

Aunque no existe una versión oficial actualizada sobre el costo de implementación de este ferrocarril de Brasil a Perú, las estimaciones oscilan entre USD 68.000 millones y USD 100.000 millones, si se toma como referencia el último estudio de viabilidad realizado por China Railway Eryuan Engineering (CREEC), en 2016.

ANÁLISIS. A partir de un trazo aún preliminar, Cooperacción evaluó potenciales impactos ambientales de la vía férrea y su área de influencia en Perú.

 

Impacto económico

En Perú, aún no hay un trazo definitivo para el corredor transoceánico. Los avances más concretos se encuentran en el tramo brasileño. Ambos tienen a China entre sus principales destinos de exportaciones y mayor socio comercial.

“Tenemos un memorando de entendimiento entre Brasil y China para empezar los estudios de una construcción de una ferrovía en Brasil. Pero jamás, el gobierno brasileño ha trazado una ferrovía dentro del estado peruano. Tocará a los peruanos decidir por dónde será el trazado”, dijo a OjoPúblico el embajador de Brasil en Perú, Clemente Baena Soares, consultado sobre un mapa difundido por el mismo Ministerio de Transportes de Brasil, donde se muestra una ruta que pasa por Madre de Dios.

En Brasil, los estados de Acre, Amazonas, Mato Grosso y Rondonia se ubican en la zona de influencia del ferrocarril. Es decir, son aquellos que, en teoría, le darían el principal uso a este transporte para llegar al Perú y luego a China, debido a que se encuentran más alejados de un puerto en Brasil. 

“Son los que tendrían el mayor potencial de beneficiarse con esa premisa —que en realidad es falsa— de que llegar al Pacífico sería más rápido y fácil para ellos”, explica a OjoPúblico Leolino Dourado, investigador del Centro de Estudios sobre China y Asia Pacífico de la Universidad del Pacífico.

Los cuatro estados representaron más de USD 17.000 millones de flujo comercial entre Brasil y China, en 2024: Acre —ubicado en la frontera con Perú— concentró apenas USD 5 millones; Manaos supera los 6.000 millones; Mato Grosso; los 9.000 millones y Rondonia, los 1.000 millones.

La principal carga en exportaciones se concentra en la soya y el maíz (70%), así como el algodón (10%); es decir, productos no perecibles. En tanto, la carne representa un 17% y otros alrededor de 4%.

Cuando se trata de productos como la soya y el maíz, el factor para elegir un transporte no es el tiempo, sino el costo del flete.

“Lo que se destaca de Chancay o de la conexión de traer la carga de Brasil a Perú, [y] del comercio de Brasil a China es que sería una ruta logística más eficiente y dicen que va a bajar de 30 a 22 días. He visto varios números, pero siempre hacen énfasis en el menor tiempo”, refiere Dourado. 

Sin embargo, añade el investigador, cuando se trata de productos no perecibles como la soya y el maíz, el factor decisivo para que los embarcadores elijan una modalidad de transporte no es el tiempo, sino el costo del flete. De hecho, el 85% de productores selecciona el flete basado en el costo, según una encuesta hecha por la Confederación Nacional de Transporte de Brasil. Más abajo, con un 36,6% se ubica el menor tiempo de tránsito. 

“Por eso, si tienen una opción de transporte que te va a reducir 10, 15 días pero te va a subir el costo, no van a elegir esa opción”, refiere el investigador. 

La distancia marítima entre Chancay  (Perú) y Shanghái (China) es de 17.200 kilómetros, mientras que desde un puerto del norte de Brasil —como Belém— es de 22.250 km. La diferencia es de 30%, refiere. 

No obstante, los beneficios económicos se reducen cuando se analiza la distancia terrestre entre los centros productores y el puerto exportador. 

Los resultados preliminares de la investigación de Dourado toman en cuenta cuatro centros productores brasileños: Lucas do Río Verde (Mato Grosso), Porto Velho (Rondonia), Río Branco (Acre) y Manaos (Amazonas). 

“Tenemos la logística o infraestructura para llegar desde esos estados a un puerto exportador en el norte de Brasil. Por ejemplo, [se puede llegar] desde Lucas do Río Verde, por carretera e hidrovía, hasta Belém”, comenta a OjoPúblico.

Entonces, al analizar las distancias se ha identificado que los cuatro centros productores —a excepción de Río Branco— están más lejos de Chancay, incluso en ferrocarril, que de un puerto del norte de Brasil. “Esto es importante porque, a pesar de haber una reducción en la distancia marítima, lo que realmente importa es la distancia terrestre. El costo del flete es principalmente terrestre”, señala Dourado.

El costo promedio por kilómetro de una tonelada de soya por vía marítima (buques, barcos) es USD 0.0018, mientras que por ferrocarril es USD 0.0298. Es decir, 17 veces más caro por cada kilómetro.

Para poner un ejemplo, el flete para trasladar una tonelada de soya del centro productor Manaos (Amazonas) a un puerto del norte de Brasil cuesta USD 10. Y desde allí, hacia Shanghái , USD 43. En total, la estimación promedio del flete sería USD 53.

En cambio, desde Manaos hacia Chancay, el flete sería USD 84. Y desde ese punto para Shanghái, el costo es de USD 31. En total, el flete suma USD 115. 

En términos porcentuales, el flete vía Chancay puede representar hasta 117% más que por un puerto del norte de Brasil. Es decir, el costo promedio del flete sería mayor por el ferrocarril llegando a Perú y desde ahí hasta China que desde Brasil, usando los puertos. 

“En todos los casos, a excepción de Acre, sería más caro exportar a China usando el ferrocarril y [el puerto de] Chancay que utilizando la infraestructura existente en Brasil”, refiere Dourado, quien analizó datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), por sus siglas en inglés, de la Universidad de Sao Paulo, así como de la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz.

El análisis del investigador tiene, además, otros antecedentes. En 2015, la Unión Internacional de Ferrocarriles refirió que sería inviable la conexión ferroviaria entre Brasil y Perú debido a que el costo del flete sería más caro a través del ferrocarril y un puerto peruano que a través de uno brasileño. En ese caso, usaron para su análisis el puerto de Santos. 

Para Leonino Dourado, el principal riesgo de este proyecto es que termine como un elefante blanco. “Un proyecto costoso, que puede tener un impacto ambiental grande en su construcción y que no transporte nada porque no es competitivo. Eso no significa que todos los proyectos de infraestructura sean malos. Lo principal, y lo que hay que hacer, es que quien promueve el proyecto salga de las abstracciones y que contraste los números”, señaló.

Los riesgos ambientales

Para conectar los océanos Pacífico y Atlántico, el ferrocarril deberá atravesar la Amazonía: su biodiversidad, así como las comunidades campesinas y nativas. La extensión de este proyecto, aún no oficial, estará sujeto al trazo en el territorio peruano. Sin embargo, una extensión estimada entre el puerto de Ilhéus y el megapuerto de Chancay arroja más de 5.000 kilómetros.

El trazo tentativo del Ministerio de Transportes de Brasil plantea como punto de ingreso de la frontera a Perú la localidad de Assis, en el estado de Acre, frontera de Perú, Brasil y Bolivia. Luego, la ruta sigue por Madre de Dios, incluida la zona minera de La Pampa, pasa por el Cusco, Ayacucho, Huancavelica, Junín, Pasco hasta llegar a Chancay.

Así lo han estimado la ONG CooperAcción, en Perú, y GRAIN, en Brasil, las cuales analizaron potenciales impactos de este proyecto de infraestructura ferroviaria y su área de influencia con base al referido trazo, aún preliminar.

En el caso peruano, se identificó que 25 áreas podrían resultar afectadas: la Reserva Territorial Madre de Dios, 15 Áreas Naturales Protegidas Nacionales —entre ellas, la Reserva Comunal Amarakaeri, los parques nacionales del Manu y Bahuaja-Sonene, la Reserva Nacional Tambopata y Lachay— y nueve Áreas de Conservación Regional (ACR). 

El costo promedio por kilómetro de una tonelada de soya por vía marítima ferrocarril es 17 veces más caro que por vía marítima.

A ellas se suman 69 Áreas de Conservación Privada, 1.793 comunidades campesinas y 19 comunidades nativas. 

Para el geógrafo Mauricio Pinzás Luna, investigador de CooperAcción, el impacto ambiental va a ser mayor al beneficio económico. “¿Cómo se negocia esto? ¿Qué condiciones se establecen?¿Qué disposiciones cautelares [hay] para evitar estos impactos?¿Qué medidas de mitigación? El Perú ni siquiera está participando. En un contexto de débil presencia del Estado en la Amazonía, de débil capacidad de control y de gobernanza, las obras de conexión vial de la Amazonía lo que facilitan son las actividades extractivas ilícitas”, refiere a OjoPúblico.

El trazo tentativo de la vía férrea tomó, además, como referencia que esta transite de manera paralela a la carretera Interoceánica. Asimismo, consideró un área de influencia alrededor de la posible línea ferroviaria con una distancia de 35 kilómetros a cada lado de la vía.

El investigador señala que, aunque las líneas férreas, pueden resultar menos “lesivas” que las carreteras en ecosistemas forestales amazónicos, no son infraestructuras libres de impacto. Por ejemplo, alrededor de esta vía, puede incrementar el precio del suelo, lo que impulsa la deforestación y degradación del ecosistema. “Se valoran los predios y empieza a haber una dinámica de especulación, de compra-venta de bienes inmuebles, actividades económicas en torno a ella (…), la llegada de la inmigración, actividades conexas”, señala. 

En 2015, cuando ya se discutía sobre un tren bioceánico, los resultados preliminares del estudio básico de viabilidad a los que accedió la organización Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR) también identificaron impactos ambientales en las rutas entonces propuestas para esta vía férrea. Cuatro de las cinco, por lo menos, atravesaban áreas naturales protegidas o reservas indígenas.

Los ministerios del Ambiente y de Cultura, también, emitieron opiniones técnicas donde determinaron la inviabilidad de las propuestas porque, por ejemplo, atravesaban el Parque Nacional Sierra del Divisor, un área natural protegida intangible y el Bosque de Protección Alto Mayo.

ACUERDOS. En julio pasado, China y Brasil firmaron un memorando de entendimiento para evaluar la viabilidad de un corredor bioceánico.
Foto: Gobierno de Brasil

“Cuatro de las cinco serían inviables porque tendría que haber modificaciones al marco legal, afectaban a los ecosistemas frágiles o se necesitaba consulta previa para las comunidades nativas, con lo que volvería más complejo el proyecto. También afectaría en el tema de las reservas indígenas”, señala César Gamboa Balvín, asesor senior de DAR.

Las últimas negociaciones

El 16 de abril de este año, una delegación de ingenieros ferroviarios del gobierno chino visitó Ilhéus, estado de Bahía, para evaluar el estado actual de obras como el Ferrocarril de Integración Este-Oeste (FIOL) y Porto Sul para estudiar la viabilidad de un Corredor Bioceánico Brasil-Perú.

Según el Ministerio de Transportes de Brasil, la visita encabezada por el Gobierno de Lula da Silva buscó “analizar la posibilidad de conectar Porto Sul, en el Océano Atlántico, con el puerto de Chancay, en el Pacífico, a unos 80 kilómetros de Lima”. 

Este corredor ferroviario estructural para transporte de mercancías, de acuerdo a la información oficial, irá de este a oeste. Pasará por Bahía, Goiás, Mato Grosso, Rondônia y Acre, fronterizo con Perú. 

“Toda la carga producida en la región central del país se transportaría a través de esta infraestructura ferroviaria, hasta llegar al Puerto de Chancay”, afirmó el Secretario Nacional de Transporte Ferroviario de Brasil, Leonardo Ribeiro.

Al mes siguiente, el 13 de mayo, los presidentes de China, Xi Jinping, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se reunieron en Pekín donde firmaron acuerdos bilaterales relacionados a exportaciones, aranceles, infraestructura, agronegocios, entre otros.

Unos días después, en Perú, los titulares de Economía y Finanzas (MEF), Raúl Pérez Reyes, y de Transportes y Comunicaciones (MTC), César Sandoval Pozo recibieron al presidente de la Administración Nacional de Ferrocarril de China, Fei Dongbin, para dialogar sobre el desarrollo de la infraestructura ferroviaria. 

En este encuentro, los ministros expresaron su interés en impulsar una reunión de alto nivel entre Perú, China y Brasil para acordar objetivos sobre lo que ellos denominan Corredor Ferroviario Bioceánico Central, uno de los proyectos para unir Atlántico con el Pacífico. 

El 7 de julio, el Ministerio de Transporte de Brasil, a través de la empresa pública Infra SA, firmó un memorando de entendimiento con China Railway Economic and Planning Research Institute Co., Ltd, brazo estratégico de la estatal China State Railway Group, una de las empresas ferroviarias públicas más grandes del mundo. 

TERRITORIOS. El Parque Nacional del Manu figura entre las áreas en riesgo ante el trazado tentativo, difundido por el Gobierno de Brasil, que cruza Madre de Dios.
Foto: Archivo / Andina

En un inicio, se señaló que, con esta firma, se buscaba  “impulsar la participación de China en el sector de transporte ferroviario y promover la integración logística entre ambos países para conectar Brasil con el puerto de Chancay”, en Perú. 

Luego, se conoció que este acuerdo contemplaba estudios conjuntos para evaluar la viabilidad de un nuevo corredor ferroviario bioceánico que conecta Brasil con el Pacífico, a través del Puerto de Chancay. Perú no formó parte de esta discusión.

En ese contexto, el entonces presidente del Consejo de Ministros, Eduardo Arana Ysa, señaló que el Gobierno peruano no había autorizado, ni pensaba invertir, por ahora, en el corredor que planea Brasil y China, el cual, podría llegar a costar USD 10.000 millones. “La preocupación es: si el gobierno participa, tendría que pagarle el tren (…) La pregunta es si Brasil quiere hacerlo y quiere invertir, tendría que decirnos si quiere hacerlo. Y si es una inversión privada, ya el MTC verá si lo autoriza”. 

En paralelo, el entonces ministro de Relaciones Exteriores, Elmer Schialer, refirió que el Gobierno peruano no tenía detalles de este acuerdo, el cual no era jurídicamente vinculante. “El Perú es un socio inescapable de eso, pero tenemos todavía que ver cómo es que lo vamos a implementar. Hay varias experiencias previas. Se acordarán de una iniciativa interesante llamada IIRSA [Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana]”, refirió.

Asimismo, el canciller señaló que el referido documento expresó la intención de Brasil de explorar, en un plazo de cinco años, posibles alternativas ferroviarias dentro de su propio territorio. “Si, hipotéticamente, que no es el caso, involucre territorio peruano, no se puede acceder al Pacífico sin la participación del Perú”. 

Añadió que el embajador de Perú en Brasil ya ha sostenido conversaciones con el viceministro de Ferrocarriles brasileño, quien mostró disposición en fortalecer comunicación y colaboración con el país. 

El embajador de Brasil en Perú sostuvo que los estudios tomarán entre tres y cinco años. “Tenemos mucho tiempo para examinar junto con las autoridades peruanas sobre cómo hacer, por dónde establecer (…). Para iniciar gestiones con el lado peruano, tenemos que tener un estudio de viabilidad, ver cómo progresaría. Pero, en este momento, está concentrado en Brasil, porque puede que el estudio diga que no es viable el ferrocarril”, refirió a este medio.

A nivel geopolítico, añade Carlos Aquino Rodríguez, director del Centro de Estudios Asiaticos y Profesor de Economía de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, este proyecto también puede tener implicancias, dado que la figura del Tren Bioceánico puede ser una alternativa al Canal de Panamá, desde su perspectiva. “El poder que tiene Estados Unidos sobre esa vía podría disminuir un poco y se reforzaría la importancia de Perú, Brasil y China”, sostiene. 

Otro punto a tomar en cuenta, refiere, es una eventual dependencia hacia China. “Todo depende de lo que el Perú haga. Si concesiona el tren, otros lo manejan. El tren se aprovecharía en Brasil y China. Y Perú no podría sacar mucho provecho. Se quedaría cómo un testigo viendo cómo la carga se va y se mueve. Depende que tengamos un plan de desarrollo, de infraestructura”.

Para César Gamboa, de la ONG DAR, los impactos y riesgos de este proyecto alcanzan la perspectiva económica, social y ambiental. “En lo ambiental, el tema de los trazos [como referencia los de 2015], al menos cuatro de los cinco se superponen a áreas protegidas. En lo social, se superponen a comunidades nativas que podrían afectar su propio territorio. Tendría que haber consulta previa. Y en cuanto a lo económico, es un elefante blanco. El costo económico es inviable”, dice.

Frente a posibles alternativas en la Amazonía, independientes a una carretera o ferrocarril, Manuel Glave, doctor en Economía e investigador principal del Grupo de Análisis para el Desarrollo (Grade), plantea los subsidios de puentes aéreos, el uso de los ríos y la modernización del transporte fluvial como principales mecanismos de articulación e integración. «Sobre todo en los grandes ríos como Urubamba, Ucayali, Marañón y Amazonas».

OjoPúblico solicitó una entrevista al Ministerio de Transportes y Comunicaciones del Perú y envió un cuestionario a la Cancillería para tener alcances de este proyecto. Sin embargo, hasta el cierre de este reportaje, no respondieron.

Fuente: Ojo Público

Tren Bioceánico: el megaproyecto que puede transformar el rol del Perú en el comercio global

El reciente acuerdo entre Brasil y China para evaluar la construcción del Tren Bioceánico Sudamericano ha reactivado el debate en el Perú. El proyecto, que busca unir el puerto brasileño de Ilhéus con el megapuerto de Chancay, apunta a convertirse en una alternativa más rápida y económica al Canal de Panamá para el comercio entre Asia y Sudamérica.

Oportunidades clave para el Perú
Según el economista Carlos Aquino (UNMSM), el megaproyecto podría:

  • Integrar costa, sierra y selva con infraestructura moderna.
  • Reactivar la industria siderúrgica y metalúrgica nacional.
  • Aumentar la plusvalía de los territorios atravesados.
  • Posicionar al Perú como eje logístico entre dos océanos.

Retos y advertencias
El geógrafo Edwin Lozada (Colegio de Geógrafos del Perú) señala que:

  • El Perú debe evitar ser solo un país de paso o receptor de empleos temporales.
  • Se requiere una estrategia geopolítica clara y apertura comercial con Brasil.
  • Es vital proteger áreas naturales y comunidades nativas en zonas como Ucayali y Madre de Dios.

Costos y financiamiento

  • Se estima una inversión mínima de US$ 10,000 millones, aunque dependerá del trazo final.
  • Aquino propone apostar por APP y replicar modelos como el del Aeropuerto Jorge Chávez y el Megapuerto de Chancay.

Contexto internacional
China planteó el proyecto en 2014 sin éxito. Hoy, con un tramo más corto y un socio brasileño más estable, la propuesta cobra fuerza. Incluso se sugiere invitar a Estados Unidos al proceso para evitar tensiones geopolíticas.

Reflexión estratégica
Con una ubicación privilegiada y crecientes capacidades portuarias, el Perú tiene una ventana de oportunidad única para convertirse en hub logístico entre Asia y Sudamérica. La clave estará en actuar con visión, rapidez y autonomía.

Acuerdo de Brasil con China impulsa Tren Bioceánico que unirá Bahía con el puerto peruano de Chancay: ¿cuál será la ruta?

El 7 de julio, Brasil y China firmaron un acuerdo de cooperación para realizar una serie de estudios que podrían determinar la viabilidad del Tren Bioceánico. Esta ruta conectaría el puerto brasileño de Ilheus con el puerto peruano de Chancay.

La iniciativa impulsará el comercio con Asia. Al respecto, el Ministerio de Transportes de Brasil aclaró que la empresa pública China State Railway Group participará con los estudios de viabilidad «económica, social y ambiental» del proyecto.

El recorrido del Tren Bioceánico Perú-Brasil

La ruta abarca una amplia franja del continente, por lo que conectará la costa, la sierra y la selva. A continuación, se detallan los puntos exactos por los que pasará.

En Perú

  • Puerto de Bayóvar – Olmos (245 km).
  • Olmos – Bagua Grande (234 km).
  • Bagua Grande – Tarapoto (330 km).
  • Tarapoto – Pucallpa (530 km).
  • Pucallpa – Frontera Perú–Brasil (290 km).

En Brasil

  • Lucas do Rio Verde – Campinorte (890 km).
  • Lucas do Rio Verde – Vilhena (630 km).
  • Vilhena – Porto Velho (570 km).
  • Porto Velho – Rio Branco (560 km).
  • Rio Branco – Frontera con Perú (640 km).

Aportaciones chinas a la ruta bioceánica

El terminal portuario inició sus operaciones en junio pasado y fue construido con capitales chinos. Actualmente, es uno de los proyectos que Perú ha pactado con China bajo el contexto de la Nueva Ruta de la Seda, de la que Brasil no forma parte.

«El eje que será analizado puede convertirse en la espinal dorsal de una nueva ruta bioceánica, que proyectaría más a Brasil en el comercio internacional y proporcionaría grandes ventajas para las exportaciones dirigidas a Asia», indicó el Ministerio de Transportes por medio de un comunicado oficial.

¿Qué significa un corredor ferroviario bioceánico?

Un corredor ferroviario bioceánico se refiere a una infraestructura de transporte que facilita la conexión directa entre dos océanos. Para ello, los tramos implican la construcción de carreteras, ferrocarriles y puertos para el manejo de logística a gran escala.

¿Se podrá viajar en el tren Bioceánico?

Hasta la fecha, se ha dado a conocer que el tren bioceánico solo estará destinado al traslado de mercancías desde Brasil hasta el Oceáno Pacífico por Perú. En ese sentido, no será un medio de transporte para humanos.

Tren bioceánico: proyecto lograría conectar el megapuerto de Chancay con Brasil

Cosco Shipping, responsable del megapuerto de Chancay, pidió al Gobierno poner en agenda el ansiado tren bioceánico para unir a Brasil con el nuevo terminal peruano.

El megapuerto de Chancay se inaugurará en noviembre de este año y la conexión con las cadenas logísticas será esencial para aprovechar al máximo su potencial como hub regional.

“No dejemos de soñar con el tren bioceánico. Hagamos todo lo necesario para que este proyecto sea una realidad. Los grandes desarrollos de los países se han dado así pensando en cosas que parecían inalcanzables. Entonces, el tren debe estar en la agenda (del Gobierno)”, dijo el gerente general del consorcio Cosco Shipping, Carlos Tejada.

Agregó que el tren bioceánico será transformacional, debido a que no solo permitirá que Brasil vea al Perú como una puerta hacia el Asia, sino que integrará a todo nuestro país.

“Nosotros somos un país totalmente desintegrado, no tenemos la conectividad y los importantes recursos hídricos forestales que tenemos en la Amazonía no se explotan, entonces están sujetos a actos ilícitos. La conexión con Brasil va a permitir que podamos integrar a todos nuestras poblaciones a las cadenas de valor económico”, apuntó.

En ese sentido, José Tam, presidente de la Cámara de Comercio Peruano Chino (Capechi), indicó que la puesta en operación del puerto de Chancay viabilizaría que el tren bioceánico se convierta en un proyecto.

Explicó que esta idea de poder realizar el proyecto viene desde el 2016 y China veía con “buenos ojos” para sacarlo adelante, sin embargo, luego hubo discusiones por los trazos y todo quedó en modo de espera.

“Ya con el puerto de Chancay en operación tomaría más practicidad. Me imagino que cuando veamos el proyecto (más maduro) habrá interés”, puntualizó.

En otro momento, el gerente general de Cosco Shipping indicó que la obra del puerto de Chancay se encuentra con un avance cercano al 80% y que culminará en noviembre la construcción de la primera etapa, como estaba previsto, para inaugurarlo durante el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).

En esa línea, Tejada confía que se resolverán rápidamente las diferencias surgidas con el Gobierno del Perú respecto a los derechos de exclusividad del terminal.

Recordemos que la Autoridad Portuaria Nacional (APN), a través de la Procuraduría del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), pidió que se anule la exclusividad de explotación de los servicios esenciales otorgada en el 2021 a Cosco Shipping en el puerto de Chancay (Perú), luego de identificar un “error administrativo”.

El representante de Cosco Shipping expresó que la postura de la empresa era que se cumpla con el acuerdo suscrito para la utilización exclusiva del megapuerto de Chancay. “Nuestra posición es que se respete y que estamos viendo los aspectos legales y administrativos para darle solución a este tema”, aseveró.

Megapuerto de Chancay: China muestra interés en el tren bioceánico para conectar con Brasil

El megapuerto de Chancay está programado para iniciar operaciones en noviembre, siendo vital establecer conexiones con las cadenas logísticas para fortalecer su posición como hub regional. Una propuesta con gran potencial es la construcción de un tren bioceánico que conectaría Bolivia y Brasil, mejorando el flujo de mercancías entre los océanos Atlántico y Pacífico. China ha mostrado interés en invertir en este proyecto.

Según la Cámara de Comercio Peruano-China (Capechi), China es un candidato ideal debido a su “vasta experiencia en construcción ferroviaria”, y el tren bioceánico representa una excelente oportunidad para fortalecer los lazos con Brasil.

Ubicado en la costa del Pacífico de Perú, Chancay ocupa una posición estratégica como puerta de entrada para el comercio entre América del Sur y Asia. Sin embargo, para maximizar su potencial, es fundamental contar con una conectividad eficiente con los países vecinos y sus redes comerciales respectivas.

Jorge Chian, director ejecutivo de Capechi, señaló al diario Gestión que Chancay es comparable en capacidad al puerto de Manzanillo (México) y Los Ángeles (Estados Unidos), gracias a su capacidad para recibir la nueva generación de contenedores.

¿En qué consiste el tren bioceánico?

Una de las propuestas clave para mejorar la conectividad y optimizar la eficacia del Megapuerto de Chancay es la implementación de un tren bioceánico. Este proyecto ambicioso busca establecer un enlace ferroviario que conecte el terminal portuario con Brasil, atravesando Perú y potencialmente también Bolivia.

Al unir los océanos Atlántico y Pacífico, el tren bioceánico ofrecería una ruta directa y eficiente para el transporte de mercancías, lo que resultaría en una reducción significativa de los tiempos y costos de tránsito.

El fuerte interés de China en el proyecto del tren bioceánico se deriva de su experiencia en la construcción de ferrocarriles y de sus amplios objetivos estratégicos. Como un actor clave en el comercio mundial y el desarrollo de infraestructuras, El gigante asiático reconoce el potencial de este proyecto para fortalecer sus vínculos económicos con América del Sur.

La inversión de China no solo contribuiría a la construcción del ferrocarril, sino que también estimularía el crecimiento económico y el desarrollo en la región. Es importante destacar que China es el principal impulsor del nuevo puerto peruano a través de Cosco Shipping Ports, empresa a cargo del proyecto.

Actualmente, exportar productos desde Sudamérica hacia Asia requiere aproximadamente 35 días, ya que se realiza a través de “cabotaje” hacia puertos más grandes, como los de México o Estados Unidos. Sin embargo, desde Chancay, los buques podrán realizar viajes directos, lo que permitirá reducir significativamente el tiempo de tránsito a un rango de 10 a 12 días.

Es importante destacar que hace unos años, el Poder Ejecutivo mencionó que el plan ferroviario podría tener un costo aproximado de 7.500 millones de dólares en territorio peruano, y que el financiamiento podría provenir de China, el principal mercado para las exportaciones sudamericanas.

Tren Bioceánico: El ambicioso proyecto que podría unir Brasil con el Megapuerto de Chancay

El Megapuerto de Chancay está a punto de inaugurar sus operaciones comerciales en noviembre de 2024, presentando una oportunidad significativa para el comercio internacional. La conexión de este puerto con las cadenas logísticas es esencial para aprovechar al máximo su potencial como hub regional.

Una de las propuestas más prometedoras para lograr esta integración es el proyecto del Tren Bioceánico, que tiene como objetivo unir Bolivia y Brasil, facilitando así el flujo eficiente de mercancías entre el Atlántico y el Pacífico. Gonzalo Ríos Polastri, gerente general adjunto de Cosco Shipping, la empresa detrás del megaproyecto, señala que el puerto de Chancay está alineado con seis proyectos de infraestructura clave para el país, según lo establecido por el Estado.

A pesar de los planes ambiciosos para el puerto de Chancay, expertos advierten que para convertirse en un verdadero centro de comercio regional, la conexión con los socios latinoamericanos es imperativa. En este contexto, la conexión a través del tren bioceánico se presenta como la opción ideal para agilizar el intercambio de mercancías.

Ambicioso proyecto

El proyecto del Corredor Ferroviario Bioceánico de Integración, acordado en 2023 por los presidentes de Bolivia, Luis Arce, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, busca consolidar una conexión ferroviaria que reducirá costos y tiempos en el transporte de carga internacional. La idea se originó en 2013, cuando el expresidente boliviano Evo Morales dialogó con Xi Jinping, presidente de China, sobre la posibilidad de construir un ferrocarril que vinculara el Atlántico con el Pacífico.

A pesar de haber estado en espera durante varios años, el proyecto del tren bioceánico se reactivó con el compromiso de los líderes de Bolivia y Brasil. Según el ex ministro Carlos Estremadoyro, Brasil ya cuenta con una red ferroviaria consolidada, solo le falta un tramo hasta la Hidrovía Paraguay–Paraná para la interconexión. Bolivia, por su parte, ha incluido en su Plan de Desarrollo Económico y Social todas las obras necesarias para unir el ramal oriental con el occidental.

En contraste, en Perú, donde se encuentra el puerto de Chancay, aún se debe iniciar todo el trabajo necesario para integrarse al proyecto del tren bioceánico. Sin embargo, la visión de algunos expertos destaca la importancia de actuar con celeridad para aprovechar plenamente la posición estratégica del puerto de Chancay y garantizar su papel clave en el comercio internacional.

La conexión con el tren bioceánico se perfila como un paso crucial en esa dirección, promoviendo la eficiencia y la competitividad en el intercambio comercial entre Brasil, Bolivia y Perú.