En una sesión extraordinaria cargada de tensión y cuestionamientos, el concejo municipal de Chancay decidió desestimar por mayoría la solicitud de vacancia presentada contra la regidora Giuliana Carrizales Castillo, al no encontrarse causal alguna que sustente la pretensión.
La votación fue clara: siete votos en contra, incluido el del propio alcalde Juan Álvarez Andrade, junto a Ivon Huaranga, Pedro Arana, Elizabeth Galindo, Pablo Ojeda, David Burgos y Jhonny del Río. Solo los regidores Pepe Salazar y Lucía Cruz optaron por insistir en una vacancia que desde el inicio nació viciada.
La historia de este fallido intento político tiene un trasfondo oscuro. La ciudadana Joseline Sánchez Inocente, una humilde vendedora ambulante, fue quien firmó la solicitud. Sin embargo, días después denunció que había sido inducida por su propia prima, Angie Cadillo, trabajadora de la Municipalidad de Chancay.
Detrás de este episodio, muchos señalaron directamente al alcalde Juan Álvarez Andrade, quien tendría aspiraciones de tentar el Congreso. En ese escenario, su renuncia obligaría a dejar la alcaldía a Carrizales, algo que —según las versiones— resultaba incómodo para el propio burgomaestre. La movida apuntaba, en el fondo, a forzar la sucesión hacia otro regidor.
La misma Sánchez, consciente de haber sido utilizada, presentó luego su desistimiento formal amparándose en la Ley N.° 27444. Con ello quedó demostrado que ya no existía vacador ni vacancia.
El abogado Fernando Samanamú, defensor de Carrizales, lo dejó claro durante la sesión:
“¡Están tratando una vacancia sin vacador! Esto convierte al Concejo en juez y parte”.
Además, desbarató el principal argumento del pedido, recordando que la adquisición de un nicho fue tramitada por el hijo de la regidora, y no por Carrizales como representante legal del fallecido.
La votación final terminó siendo un boomerang para el alcalde. Álvarez Andrade, quien se vio obligado a votar en contra de la vacancia, pese a los rumores que lo vinculaban con su gestación. En otras palabras, se curó en salud para no quedar como el artífice de una maniobra que la propia ciudadanía ya observaba con indignación.
LA VOZ DEL PUEBLO FRENTE A LA INTRIGA POLÍTICA
Lo sucedido en Chancay es más que un capítulo anecdótico: es un golpe a la ética y a la moral pública. Se intentó manipular a una mujer humilde para convertirla en ficha de un ajedrez político sucio. Se pretendió vulnerar la democracia municipal para satisfacer ambiciones personales y abrir camino a una sucesión pactada.
La ciudadanía no puede ser cómplice silenciosa de estas prácticas. La vacancia no puede usarse como un arma de intriga ni como un mecanismo de traición política. El pueblo de Chancay debe estar vigilante, denunciar y rechazar a quienes ven el poder como un botín y no como un servicio.
Hoy, la vacancia cayó derrotada. Pero mañana la tentación del juego oscuro puede volver. Que este episodio sirva de advertencia: Chancay merece autoridades con ética, no con intrigas. Y será la ciudadanía la que tenga la última palabra para cerrar el paso a los que traicionan la confianza del pueblo.



