El Ministerio Público y la Dirección contra la corrupción de la Policía Nacional del Perú (Dircocor) detuvieron este 2 de marzo a 13 civiles sindicados en el caso de Los Cuellos Blancos del Puerto. Además, se allanaron 21 inmuebles y se incautaron 5 vehículos. El operativo, que comenzó a las 3 a. m., incluye direcciones en varios distritos de la capital: San Borja, San Isidro, Surco, La Molina y Comas.
Fuentes de este medio de comunicación confirmaron la retención del empresario y hombre clave en la trama Mario Américo Mendoza Díaz, además de su esposa Carmen María Serrano Gandulia e hijos, Paola María, Gianmarco Mario y Aldo Mario. La diligencia estuvo a cargo del fiscal provincial Jeans Velazco Hidalgo, de la Fiscalía Supraprovincial Corporativa Especializada contra el Crimen Organizado – Equipo Especial de Fiscales para el caso Los Cuellos Blancos del Puerto – Tercer Despacho.

Fiscalía allana vivienda de Mario Mendoza Díaz, vinculado al caso Cuellos Blancos, en San Borja. Foto: Rosario Rojas/URPI-LR
También fue detenido Aldo Mario Américo Mendoza Serrano, conocido en el proceso como el «octavo consejero» por su participación en el caduco Consejo Nacional de la Magistratura (CNM). En un principio, pretendió acogerse a la colaboración eficaz, pero se abstuvo de disponer información de su propia red.

Otros civiles intervenidos son Luis Alfonso Lopez Ríos, Gastón Espejo Zavala, María Antonieta Jarufe Sabat y Paola Mendoza Serrano.
Explicación del caso
La implicancia de diferentes instancias judiciales en la corruptela fue expuesta en 2018 con un audio difundido por IDL Reporteros. Conforme avanzaron las indagaciones, se conoció que la organización criminal operó en tres redes de corrupción, ofreciendo rebajas de penas condenatorias y ascensos públicos. La primera red habría sido conformada en los juzgados del país. La segunda por abogados y empresarios. Por último, estarían comprometidos el ex juez supremo César Hinostroza Pariachi y los pasados miembros del CNM.
La Fiscalía describe que Los Cuellos Blancos del Puerto no cuentan ni con un jefe central ni lacayos, sino con perfiles claves, entrelazados por diversos intereses ilícitos.