César Hildebrandt rechazó la designación de Juan José Santiváñez como nuevo ministro de Justicia en reemplazo de Enrique Alcántara. Al respecto, recordó los cuestionamientos en su contra y consideró que el Congreso no intentará retirarlo del cargo.
«La señora que va a Palacio reincide en Juan José Santiváñez, recae en él, es contumaz con este wayki que tiene calle y chaira. Ingenuos son los que le reprochan a la señora que va a Palacio que por qué nombra a alguien tan cuestionado, tan enlodado, tan embarrado, tan impedido de salir del país por mandato judicial. Precisamente lo nombra por esas ‘virtudes’. Solo alguien de esa calaña puede prestarse a esas tareas y que el señor Santiváñez va a cumplir sin dudas, murmuraciones o escrúpulos», indicó.
De acuerdo con Hildebrandt, una de esas tareas es «terminar la operación de acoso y derribo de los jueces y fiscales que se siguen resistiendo a la dictadura de la coalición corrupta» porque «Santiváñez va con todo para acabar con los focos de resistencia que permanecen en el Poder Judicial y en la Fiscalía».
En ese sentido, el periodista consideró que «el primer objetivo será tumbarse a los jueces que en nombre del derecho internacional se niegan a acatar las leyes de prescripción y amnistía» y «el segundo objetivo será terminar con los fiscales que se niegan a sumarse al coro que entona el Tribunal Constitucional fujimorista y la Junta Nacional de Justicia asociada al Congreso gobernante».
«Ya verán la ofensiva que se va a desatar y habrá una larga lista de proyectos de ley que estarán dirigidos a cambiar la ley orgánica del Poder Judicial y las normas que rigen el Ministerio Público. Estos proyectos lo que querrán será acabar con el control difuso y con la capacidad de interpretar sentencias aberrantes en el caso de los fiscales como a sucedido con el blindaje que el TC le ha brindado a la señora que va a palacio», alertó.
«No se puede provocar a un Congreso dispuesto a todo»
Por otro lado, manifestó que no espera que el Congreso tome una acción concreta frente a esta designación. «No se puede provocar a un Congreso dispuesto a todo con tal de mantener la situación actual. No se provoca a un secuaz, se le complace», dijo.
«Su nombramiento es un nuevo favor íntimo. Este wayki con privilegios especiales recupera el derecho del antejuicio político. Ese derecho de casta que tiene cinco años de vigencia», agregó.

